La Primera Fila, 3raParte.
El
Último Vals
Capitulo
1.
El Fin
2:00
pm...04:30 pm... 06:30 pm... 8:50 pm...y feliz, por mucho.
-¿A
donde crees que van?
-¿Quienes?
-¿Como
que quienes?- la chica se acomodó un poco en el frío césped y miró con mucha
atención para ver si algo se asomaba en la bóveda celeste- mi amor ¡las
estrellas!
Básicamente
la respuesta no era de mi conocimiento. Astronómicamente hablando, una estrella
fugaz es un fenómeno en la bóveda celeste que se da cuando un meteorito
atraviesa la atmósfera y así mismo va dejando una estela de luz en lo alto,
pero definitivamente ¿A dónde se dirige y en donde termina su viaje? No lo sé.
-Pues,
quien sabe.
-¿Y si
lo averiguamos? - no sé como lo hacía pero todo era muy diferente. Su manera de
improvisar ante una situación en donde solo nos encontrábamos los dos era tan
única que al menos en esta me dejaba impávido con el solo toque de sus dedos
que entrelazaban mi mano. Ella no avisaba, ella hacía, ella sentía.
Mi
mirada no se apartaba de observar el cielo. Me reconfortaba saber que podía
volar con ella, imaginar un futuro bueno y sin planeaciones ni estrategias
absurdas. Me alegraba sonreír de lo que ella sonreía. Allí, acostados en campo
abierto sin miradas que nos pillaran o gente que nos recomendara un mejor lugar
para organizar nuestra locura de ver las estrellas.
Ella se
deslizó un poco para estar más a mi lado, justo a mi costado. Dio un giro para
verme de frente, me tomo por sorpresa y me besó.
Una
risa fugaz se dibujo en nuestros rostros y así mismo su mirada se iluminaba con
una lucecita titilante que, al menos a mi parecer, erala luz más intensa de esa
noche hasta que ocurrió algo que ya esperábamos con ansias.
-¿Te
refieres a algo así? - mi dedo índice apunto al cielo justo en el momento en el
que una estrella fugaz trazaba una trayectoria definida y elegante, como si
nada pudiera detenerla y estuviera pintando colores a lo largo del lienzo negro
llamado cielo.
Su cara
se alejó de mí y volteó a mirarla, era un espectáculo inigualable y de verdad
esperaba que ella no fuera la autora intelectual de la escena, me sorprendía su
nivel de improvisación que hasta me hacía dudar si a lo mejor era ella quien
había hablado con las estrellas en complicidad para preparar el hermoso
espectáculo.
No sé
exactamente cuánto tardó el astro en iluminar nuestros rostros, pero al parecer
fue el suficiente como para regresar un poco al inicio de todo. Tenía tantos
anhelos de que alguna cosa reservada cambiara o diera paso a una nueva historia
en mi vida. Un capítulo nuevo en donde regresar al pasado y recordar momentos
opacos o hasta dolorosos, se vieran bloqueados por algún muro invisible pero
fuerte; o para darme a entender un poco más, una distracción forzada que se
opusiera a un dolor inevitable del pasado y bueno,tenía un año y medio así, ya
lo había logrado y sin pedirlo de alguna forma, la chica que ahora sujetaba mi
mano con fuerza me había ayudado sin ninguna obligación a ver que todo cambia
cuando aprendes a amar a alguien.
-pídelo
¡rápido que se nos va!- su voz me despertó del pensamiento y comencé a hilar su
orden. Miré al cielo y des afortunadamente descubrí que por lo distraído se me
había escapado la estrella fugaz.
–
por favor…por favor…- decía ella suplicándole a la estrella con los ojos
cerrados y después de un rato más abrió los ojos y volteó a verme. - ¿qué
pediste?
-Oh ya,
emm...es secreto.
-Armando
tu y tus sagradas dudas, dime por favor...por favorcito-su expresión era
demasiado tierna, sus ojos (que de por sí ya eran grandes) se hincharon y
rosaron, sus pupilas se dilataron, sus pestañas rizadas enriquecían su rostro y
sus pómulos se enrojecieron. Un arte químico enaltecido en su rostro.
-No me
obligues a usar mi...- me interrumpió
secamente.
-¡Cosquillas
no! - su gesto cambio de inmediato y se puso seria aunque en verdad la conocía,
sabía que al final de todo terminaríamos en una guerra sin cuartel entre mis
ganas de enloquecerla riendo y su beso que era mi sedante y mi tranquilidad.
-Ten-
de pie y demasiado cerca para cometer el error de alejarme, ella tomo mi mano
por detrás de mi espalda y dejó algo en ella que se sentía un tanto raro. Una
sensación entre algo deforme y en ciertas partes liso. Era hora de una nueva
sorpresa y estoy seguro que de nuevo me sorprendería y que mi expresión le
encantaría, y de paso a mi corazón también.
-No lo
veas aún – susurró e hizo descender mi barbilla hasta su cara en lo que se
ponía (como de costumbre) de puntitas - antes de que digas cualquier cosa
quiero que pongas atención, esta noche el silencio será nuestro mejor amigo-
descendió y se puso a pie plano. Con su dedo índice toco mis labios en señal de
silencio y se acercó a mi pecho, la sentía tan cerca de mi como jamás en la
vida había estado alguien, descifrando mis misterios y escuchando el ritmo de
mi corazón.
El
pulso se aceleró de inmediato como si ella hubiera prendido un botón invisible
y suponía, por el chillido de su risita, que su sonrisa era integra y pura. Me
abrazó cada vez mas fuerte y en ese instante su olor penetro mi nariz hasta
vaciar todo el oxigeno en mis pulmones, el inquietante aroma a clavel.
Volteó
y note unas lágrimas que resbalaban en su rostro.
-Es
hora- lo dijo en prosa, sencillo y tal como si fuera un preludio- Armando, – me
tomo la cara en sus manos, tomó un poco de aire y me dijo como si nadie mas en
este mundo pudiera haberlo dicho tan real y tan lleno de electricidad- Te
amo.
El
tiempo se detuvo. Yo sabía que desde la mas lejana estrella hasta las mas
cercana partícula habían escuchado esas palabras. El sonido de los árboles a
nuestro alrededor se amotinaba y se perdía a la vez. El suelo tembló pero se
sostenía firme sin vacilar. La luna calentó y el sol comenzó a enfriar. El mar
se secó y el desierto se inundó con fiereza e incluso, le sonreí a la muerte mi
más hiriente enemiga.
La
chica retiró sus brazos de mí y me miró con cautela, como si viera la película
de toda mi vida y no le causara miedo ver secretos en mi oscuridad. Ella
prendió mi luz, ella encendió mi fuego.
-adelante-
señaló mi mano que descansaba curva en mi espalda con el objeto raro y solo
hilvanó- es tuyo.
Cuando
lo miré se me hizo extraño. Era una roca de aspecto azulado y a la vez
metálico.
-Es una
joya especial- mis gestos le hacían entender una cosa, ya estaba sorprendido –
tienes que aprender a alisarla.
La
toqué y hasta llegué a hurgar más de lo necesario. No podía dejar de darme el
gusto de olerla ya que el mismo azul opaco que se extendía a lo largo y curvo
de sus hendiduras asemejaba a algo chicloso y brilloso, sin duda alguna
visualmente antojable.
De
pronto y tomándonos por sorpresa, un ruido estruendos o tal como si fuera una
bomba se dejó escuchar en el interior del bosque donde nos encontrábamos.
Nuestras miradas espantadas miraron por encima del claro oscuro y por el
sendero donde hacía horas atrás habíamos llegado.
De
inmediato me acerqué a ella y enlacé mi mano con la suya para proveerle un poco
de seguridad.
-¿Qué
rayos fue eso?- preguntó la chica sin perder de vista el bosque.
-¿Una
estrella? ¿Crees que haya sido algo como una estrella fugaz?
Incluso
antes de acabar de hacer la última pregunta pudimos ver algo en medio de los
árboles a lo lejos en la oscuridad. Era una pequeña luz blanca, casi como una
circunferencia aunque para nosotros era demasiado diminuta. De inmediato nos
dimos cuenta de que el pequeño astro crecía exponencial mente y no mas ni menos
que en nuestra dirección. Su luz empezaba aherir mis pupilas y casi
instintivamente miré lo que ocurría alrededor de nosotros. Los árboles se
movían y reproducían un sonido bofo que me intimido de inmediato y me erizó la
piel. La luna que nos miraba a lo lejos comenzaba a desaparecer, se convirtió
muy pronto en un astro negro e inerte. Se comenzó amover el suelo porque estaba
temblando. La chica me tomó con más fuerza y se inclinó sin vacilar a mi pecho
cubriéndose el rostro con la mano para no ver nada.
En eso
se cubrió el cielo con total oscuridad y la esfera brillante que estaba
suspendida en el bosque cada vez se hacía más grande. Mi corazón retumbo de un
lado a otro y un hueco se abrió en mi estomago que creía,cada vez se hacía más
grande y profundo. Un humo espeso cubrió nuestros pies y me limite a cubrir a
la chica. Si algo tenía que defender o hasta incluso arriesgarme, era por ella.
-¡Armando!
- brinqué de un salto porque ella gritaba a voz de cuello – ¡No por favor!- la
chica de inmediato se alejó de mí y me extrañe por la respuesta de su cuerpo.
Ella me empujó y no dejaba de ver mi mano-¡suéltala ya!
La
piedra que descansaba en mi mano comenzaba a abrirse y de ella emanaba una luz
aún más brillante que la del astro que nos iluminaba. Poco a poco se abría un
poco más y mi mano sentía un ardor incontrolable. Con un temor como jamás lo
había tenido, traté de tirar la piedra pero esta ya se había enganchado a mi
mano.
- ¡No
puedo, Ayúdame! - mi voz se opacaba poco a poco por el boom que profería los árboles a mi alrededor,
traté de alzar mi mano y miraba a la chica que poco a poco se alejaba de mi,
traté de moverme y alcanzarla pero mis pies se habían sembrado en el suelo –
¡no te alejes, por favor no me dejes!
Aunque
cegado por tanta luz, logré ver algo de su mirada.Una mirada que no conocía en
esos momentos, una mirada que me decía que se iba a ir, que en ese instante me
iba a dejar.
-¡Vuelve!
- grité aún con mas fuerza – ¡no me dejes solo,regresa! - la niebla comenzó a
hacerse más densa, la luz cubría mi ser en su totalidad tal como un velo blanco
se desliza para cubrir un contorno y con todas mis fuerzas di un último grito
desgarrador - ¡Shanai!
Mi
cuerpo tembló a ritmo descompasado. Mi corazón se desembocaba en un fuego
inconsolable y mi mente tenía una larga pausa con una imagen en blanco. No
había nada, solo blanco.
Pip...pip...
Pip...pip...>
El
celular se disponía a realizar una caída libre si no es porque me desperté a
tiempo y lo detuve con mi mano antes del casi inminente suicidio.
<<Pff>>
bufé. Me costó trabajo incorporarme a mi cama que estaba hecha un campo de
batalla. Sabanas tiradas por aquí, otras más arrugadas por allá, una almohada
babeada y llena de sudor, la luz del sol quemándome la cara y llenando cada
rincón de mi habitación de un horripilante calor bochornoso. Lo odiaba.
No lo
podría definir como algo horrible o bueno, mas que nada lo definiría como
extraño. Recordar un sueño a los 3 minutos de despertares algo difícil y más
uno en el que te has envuelto en lágrimas. Me di cuenta ya que mis ojos estaban
humedecidos e hinchados, muy rojos.
Un
bosque...una roca...y mucha luz, si... demasiada luz.
Aunque
recuperaba el ánimo, me costaba trabajo estar al cien porque había un
sentimiento raro en mi pecho. Algo como una perdida, una necesidad de encontrar
a alguien en un lugar de luz pero no recordaba al cien de quien se trataba. De
inmediato traté de revisar la hora en mi ordenador y tal como en los días
anteriores, ya era demasiado tarde como para pretender llegar bien a mis clases
en la escuela.
Mi aseo
personal fue bastante rudo y flash. Un desayuno carente de alimentos
nutritivos y basado en carbohidratos así
que traté de terminar rápido como para creer llegar a la primer hora de clase.
Tomé el picaporte de la puerta de mi casa y justo fue que recordé que un
celular me había despertado de un humeante sueño. Recogí el móvil del buró de
mi habitación y observe que había un mensaje sin leer en la bandeja de entrada
<<gracias por salvarme la vida quien quiera que seas>> pensé
<<me salvaste de ese horrible sueño>> y en lo que caminaba al
pasillo de salida leía:
NUEVO
MENSAJE:
“Jamás
llegue a imaginar que una paleta cambiara toda mi vida
y
que después de 4 meses a tu lado la felicidad me persiga a cada momento.
Gracias.
Hoy
nos toca comer algo juntos, yo invito. No se te olvide amor :)”
Besitos...
...Tu
princesa, Shanai” .
4 MESES
ANTES.
>>JIMENA
-¿A qué
te refieres con “Lo último”?
-Si
supiera ya te lo hubiera dicho Jimy pero lo único que me dijo fue “Nataly es
lo último que me falta para acabar”, bueno, palabras más palabras menos.
Asimilé
un poco más lo que decía y sostuve con más fuerza la carta que tenía en
la mano. La miré de reojo y me dio cierta curiosidad abrirla en ese instante
pero me contuve, no quería que mi amiga, que aunque ya sabía demasiado del
asunto, se sintiera con una carga o que pudiera sospechar lo que mis ojos no
podían ocultar al leer el escrito. Ya me lo había dicho el en alguna ocasión <<cualquiera puede leer tu
mirada, no eres nada discreta... >>
-Mira – continuaba Nataly – no sé lo que venga ahí adentro, quien
sabe que te haya puesto o a que quiera llegar con este asunto pero solo quiero
decirte algo, conozco cuando alguien se ah enamorado de otra persona, digo,
solo conozco porque ya sabes cuál es mi historia, no me ah ido del todo bien en
eso pero al punto que quiero ir es a que no mates lo que en un futuro pudiera
ser el amor de tu vida.
El
término me desequilibro pero afortunadamente tengo la cabeza llena de razones
para no tambalearme con esas inútiles frases.
A veces
Nataly era bastante pesada o muy directa, quería que la gente reaccionara con
el solo impulso de lo que pudiera ser verdad para ella, aunque para los demás
resultara algo loco o extraño. Lamentablemente en este caso, tenía algo de
razón, solo algo.
-Es
fácil hablar de eso pero ¿sabes de verdad lo que estás diciendo? -le cuestione
de un salto- ¿te has imaginado alguna vez como será el amor de tu vida?
Una
pregunta difícil y la verdad espero no haberla ofendido. Mi amiga es bonita
pero con una suerte de la patada.
-Bueno
Jimena solo dime...- cortó un poco la voz,inspeccionó a los alrededores y me
miró con mucha atención- ... lo besaste ¿verdad?
Por
obvias razones no le iba a responder. Era absurdo pensar que Nataly no
comentaría algo de su pregunta tan abierta, y en especial a él,ya que tenemos a la misma
amiga en común y confiar que no le dirá nada a nadie no era una promesa válida
para mí.
Pero
bueno aparte de eso creo que el problema de esto no era el beso, sino la
intención y mi única intención hasta ese momento no iba más allá de
sentir lo que seguramente sentía Él, Armando. Esto es un poco de emoción, un
fluir momentáneo de un loco sentimiento y un olvido, claro, pensar que al día
siguiente mi amistad con él volvería a ser la del día anterior. No soy mala
persona o una mujer sin escrúpulos, solo que hay que dejar algo en claro, no
quiero que entre algo a mi corazón que jamás volvería dejar ir o...que me lo
arrebataran, y afortunadamente nadie en el mundo lo sabía, a excepción de esa
loca ardilla en mi cabeza que giraba al volver a recordar ciertas imágenes de
mi pasado.
-¿Eso
es un sí?- creía tenerlo bajo control pero supongo que ella dio por entendido
un si debido a mi largo rato de silencio.
-Desde
luego que no – mentí con seguridad.
-pero
podría haber sido que él, al querer ser parte de tu vida te haya ligado sin
darse cuenta, ¿no lo crees? - Nataly quería ligar algo que la verdad ya había
sido ligado desde hace mucho, pero que yo evadía a capa y espada por mi propia
seguridad.
-amiga-
comencé sin titubear- hay veces que tienes que dejar que las cosas agarren su
curso- la tome de las manos asegurando lo que trataba de decir – hace mucho
tiempo que no lo veo, no se haya sido de él – Natalydesvió la mirada tratando
decirme algo, sin embargo su silencio me motivo a seguir hablando -si se puede
se puede y si no...
-Y si no...¡Luchas!
– me miró con firmeza interrumpiendo con fuerza. Se levantó de donde estábamos
sentadas y miró sin interrupciones el sobre que descansaba en mis manos- yo
espero que en verdad no sea lo
último, nos vemos.
--
Hora y
media después de mi conversación con mi mejor amiga, regresé a casa.
Después
de inspeccionar a lo largo de toda la sala y hasta en el jardín, no encontré a
nadie.
Mamá
solía salir casi todo el día, su trabajo la absorbía en horarios. Carlos, mi
hermano, estudiaba y era una persona fastidiosamente inteligente, así que era
buen momento para abrir la carta.
Antes
de pensar en romper el borde del sobre recordé ciertas cosas que me producían
una risa tonta y ligera: Un baile, un chico de vaquero negro y sin amor por la
moda, una cita en el cine, un estacionamiento abandonado en alguna colonia de
la ciudad, un parque, un helado raro, una luna...y un beso.
Cuando
abrí el sobre lo primero que vi fue un papel pequeño que se leía: “Talking
to the moon, Bruno mars”. La
conocía, y si mal no recuerdo creo que esa canción me la había dedicado después
de una conversación que tuvimos hace exactamente un año por Internet, y hasta
conociéndolo bien sabía que esa era una invitación a escuchar una canción que
para los dos nos traería para siempre buenos recuerdos de un tiempo que no se
volverá a repetir.
Después
abrí la carta pero antes de empezar a leer interpuse a un viejo amigo,un aliado
del pasado que me había hecho un bienestar antes que traicionarme; invoqué a la
razón. Al mismo tiempo el enemigo de siempre quería interponerse, lo sentía
acercarse tal como un bicho raro que te pesca por la piel y no te suelta hasta
inyectar su sucio veneno... ya empezaba a latir el corazón. La razón
automáticamente jugo su carta <<Solo es una hoja con letras>> me
decía lenta y serena << una hoja tan común>>, así que
automáticamente la carta pasó de ser una hoja con miles de colores a una hoja
con letras, una hoja simple y hasta sin sentido. Se me hizo demasiado absurdo
encontrar un animal dibujado al final de la misma. Lo único que hice fue
leerla, simplemente leerla.
“Difícil,
ah sido muy difícil...”- era fácil reconocer su letra pero era aún más sencillo reconocer
la forma en la que escribía; era bueno escribiendo. - “...espero que al terminar de leer
esta carta, todo llegue a su fin.”- dejando
de lado un poco lo técnico, creo que trataba de dar a entender algo muy
personal, perder o terminar algo no es sencillo, si lo eh de saber yo.
Poco a
poco leí cada término de la carta, cada silaba y cada renglón. La leí como si
fuera un comprobante de domicilio, no le preste mucha atención a sus palabras
como : “terapias”,
“corazón”, “desaparecer”,“pasado”, “fin”.
Victoriosamente
termine de leer la carta y sin más ni más, la deje en la mesa del comedor. No
pasó nada, poco a poco me recosté en los sillones de la sala, tomé una almohada
de la misma y recargue el peso de mi cabeza en ella abrazándola con
fuerza. El silencio iba consumiendo el lugar aunque muy poco usual y la soledad
era atractiva.
Tomé el
control del minicomponente que estaba en la mesa. Prendí la radio y deje que el
sonido del locutor me hiciera olvidar que mi corazón comenzaba a agolparse en
mi pecho.
<<... después de
tanto encontramos lo que buscábamos, una razón para amar...>> decía
el locutor con su voz juvenil, respirando profundo y alargando las palabras;
hablando despacio y arrullando al auditorio con el timbre de su voz <<pero ¿Qué es
amar?. Antes de cualquier cosa quiero decirte que no hay una respuesta exacta
para una pregunta tan compleja. Sería ilógico tener una
respuesta simple para algo tan complejo ¿no?, aún así amar es tan simple
y sencillo como dar una rosa esperando solo una sonrisa o incluso sin esperar algo
a cambio, esperar a alguien sin saber que regresará algún día. Amar es hacer
cambios, cambiar alguna actitud que afectaba a la persona que amas,cambiar tu
forma de ser pero sin perder tu escencia.>>
<<Amar es una abrazo
en tiempos donde la vida inventa tempestades de intensos vientos fríos. Amara
es ser la luz de alguien cuando la neblina ah llegado a su vida. Amar es
recorrer el mundo al lado de alguien
en un solo segundo, con solo tocar su mano. Amar va más allá de lo que pudiera
ser físico. No esperes que alguien te enamore por su porte o por su cartera ,
porque eso no es amor. Amor va más allá de un solo título, más allá de una
posición en una esfera de la sociedad. Amar va más allá de sentir mariposas en
el estomago y creer que estas serán eternas porque algún dia las mariposas
tendrán que volar y crecer, evolucionar, trascender, así igual es amar>>
<<Amar va más allá
de dar un beso, que sí, aunque el primer beso es eternamente especial e
infinitamente intimo, aún más importante es el último beso, aquel beso que
damos cuando estamos por partir de este mundo y supimos que ella o él, en
verdad fueron y serán el amor de nuestras vidas. Pero así mismo también amar es
dejar ir, o más sencillo pero sinceramente fuerte, es decir adiós..>>
Me recliné
en el sofá poniendo atención a lo que el locutor decía pero aún más a lo que
decía alguien que se encontraba conmigo en la sala, alguien que nadie más
únicamente yo podía escuchar. Estaba latiendo y lo hacía cada vez más rápido. A
la par mi cabeza quería hacerme recordar cosas, yo estuve indispuesta y solo me
dedicaba a tomar aire cada vez más rápido y hacía lo posible por bloquear todo
recuerdo pero creo que no daba resultados
<<...amar no es atar
o atarse a alguien o a algo, decir adiós cuando es el tiempo de
partir o de tocar retirada no es sinónimo de derrota. Debes saber que
quizás no era el tiempo o si Dios mismo no lo quiso es por alguna razón
celestialmente lógica y tú tienes que amar soltando para recibir algo mejor o
quizás hasta mas grande. No te sientes jamás mal por dejar ir, al final y
cuando pase el tiempo sabrás que a pesar de todo, aprendiste a
amar>>
Ya no
soportaba, era demasiado lo que escuchaba. Entre el locutor, un sonido
chirriante que envenenaba mis oídos y un dolor de cabeza insoportable, estaba a
punto de estallar. No sabía si gritar o llorar o correr o apagar la radio o
definitivamente salir de la casa y pensar en otra cosa
<<Y como lo dice muy
bien un libro muy conocido...>> Definitivamente
comencé a llorar, me derrumbé <<El
amor todo lo soprta, todo lo cree. El amor jamás dejará de ser>> Derrota, la razón estaba siendo vencida y mi mente al final
cedió, los muros habían caído.
<< Ahora el
siguiente tema musical de esta noche siendo las 08:43 pm. Time de Alan Parsons
Proyect, ¡Tengan una bellisima noche! Me
desbaraté en el sillón y sin pensarlo comencé a soltar las cadenas que
aprisionaban a mi corazón.
Un
gritó se escuchó en el silencio, inundó toda mi mente y desaparecí de la
habitación.
El
pensamiento fue tan profundo como si volviera a vivirlo , como si no estuviera
recordando y estuviera en ese lugar, en el lugar al que no quería regresar
jamás, al que no quería volver ni en más profundo sueño.
-ama y
perdona- decía papá- ama como te ama tu papi.
Mi
respiración acelerada hizo que todo el entorno volviera a cambiar a un tono
blanco, neblinoso y rápidamente cambio toda la escena.
-¿Papá?-
mi papá se había desvanecido sobre una silla del despacho donde trabajaba, como
si se hubiera desmayado – ¡papá contesta!- mamá entró de inmediato en la
habitación con una cara de terror como jamás la había visto ni la veré.
-Julio-
lloré desconsoladamente y mi mamá no paraba de tomar la cara de papá. Sus
gritos desgarraban las paredes de la habitación- ¡Julio que te pasa!
¡Ayúdenme!...! AYUDA!
-¡No te
vayas!- Mi grito era ahogado, sentía como si mi garganta se cerrara y se
quemara – ¡papá no me dejes!
Miré en
un espejo y me pude ver. Tenía a lo mucho 10 años y apenas era una niña que
disfrutaba absolutamente de todo y tenía todo hasta queme lo quitaron, mi papá
se había ido.
Después
mi mente se perdió en un blanco intenso, no había nada más que blanco.
En un
segundo sentí un empujón y me vi en una caída libre…de nuevo imagen en blanco y
después estaba sola, vestida toda de negro viendo una foto de mi papá
cargándome en sus brazos. Por eso mismo mi estomago recibía dolores intensos y
escalofriantes que al igual que mis nauseas subían y bajaban de mi garganta. Mi
mirada se centro en una pequeña nota que estaba en la parte inferior del cuadro
y esto era lo que decía: “Ama, no importa lo que pase solo ama. Con
Amor tu Papi”.
De
repente una lágrima resbaló de mi mejilla, se estrelló en el recuadro de la
fotografía y el estruendo de la lágrima se azotó en la desconocida habitación.
Mi corazón se aceleró demasiado y no tuve más que cerrar los ojos con fuerza y
lentamente tomar aire en lo que me enfocaba envolver a abrir mis ojos poco a
poco. Mi respiración comenzaba a ser cada vez más pausada y ligera y comenzaba a
sentir de nuevo que regresaba a casa, que mi pensamiento regresaba a mi hogar
aunque la vieja herida se había vuelto a abrir.
El
sudor se escurría en mis brazos, también en mis manos y comenzaba a sentir un
escalofrío que estoy segura venía desde mi corazón, desde el fondo de mi
pensamiento y lo único que podía hacer ahora era abrazar con todas mis fuerzas
la almohada que absorbía mis lagrimas y me daba un poco de seguridad, no mucha
pero lo suficiente para sollozar un poco.
No
pretendía dormirme ni quedarme en un lapso mental que le diera oportunidad a mi
mente para volver a pensar en el pasado, pero necesitaba algo que refrescara mi
mente o que le diera un poco de respiro a mi conciencia,así que mire una hoja
que descansaba en la mesa, era la carta de Armando. Dudé en volver a leer su
contenido pero reconocí que ya no sería lo suficiente fuerte para negarme,
necesitaba distracción, necesitaba un abrazo...necesitaba de él.
<<¡Que bellisima se
ve la luna ésta noche!..>> el
chico de la radio, el joven locutor, estaba en su mundo al igual que yo estaba
perdida en el mío <<
ésta noche podría ser una excelente noche si le dedicaramos la luna a esa
personita, la única en nuestro mundo a la cual en verdad amamos. La cual ah
luchado por nosotros y ah nuestro lado sin importar nada, sin condición alguna
y por el gran y único motivo universal; el amor, que al igual que la luna
siguen y seguirán brillando para nosotros todas las noches...>>
Abrí la
hoja y me di cuenta de que esa carta tenía algo diferente a cuando le eche el
primer vistazo.
Comencé
a leerla poco a poco y entreteniéndome en las palabras y hasta en los acentos,
pensé demasiado y creo que tarde horas en leerla porque al mismo tiempo mi
mente me empujaba a pensar en Armando. Lo que tanto me decía él, lo que hacía
por mí, lo que creaba para mí en solo un segundo, la risa que me dedicaba , el
silencio que lo caracterizaba, el poema que me escribía sin algún motivo
especial, lo que me hacía sentir.
Creo
que él siempre lo había ocultado, yo era la culpable de tantas noches de
desvelo y no precisamente por algo lindo que sintiera él por mi aunque a veces
me lo hacía saber por las ojeras del día siguiente que nos veíamos en el
colegio y por su particular temblorina que tenía al verme, sino por la duda, la
gran duda del porque jamás deje que esta historia continuara.
Pero
había cambiado esa noche, todo había cambiado. Lo queme dolió en el pasado, lo
que le había ocurrido a mi papá, había hecho muros aunque nadie mas había sido
la culpable, solo yo. Aún así recordé las últimas palabras “Ama...solo ama”. Papá no había querido que yo fuera
como lo había sido con Armando, estoy al cien segura y aún más que eso, Armando
jamás habría dejado que alguien me hiciera daño, tal como yo se lo estaba
haciendo a él, antes de ahora, antes de este momento.
Me
sequé las lagrimas en lo que mi pensamiento se seguía centrando.
Poco a
poco mi corazón viró y tomó un impulso improvisado, algo nuevo y hasta
diferente, este mismo impulso me hacía respirar bajo una estela de paz y una
nube de tranquilidad única que esperaba fuera duradera.
Mi
corazón latía como nunca me hubiera imaginado, no era demasiado rápido sino con
un ritmo lento y coordinado, estaba feliz porque el ya había encontrado algo.
Sonreí un poco al ver que al final de la carta había dibujado un conejo con
unos dientes enormes, pero aún así mi corazón sintió una punzada de dolor al
ver las últimas palabras “adiós”, “El fin”.
<<No Armando, Tú no
te puedes ir, tu nunca te has marchado de aquí. Si algún día luchaste por mí,
ahora me toca luchar por ti. Tú eres lo que ahora necesito, ese abrazo en
tiempo de neblina, lo que siempre me hacía olvidar mi pasado aunque lo único
que tenías que hacer, era sonreír>>
pensé lento y bajo que hasta se lograba escuchar en voz baja.
¿Un
cambio de la noche a la mañana en tan solo un instante? No, ya lo intuía, ya lo
veía venir como una tempestad, como si solo bastara dar un pequeño golpe en un
lago de hielo para que se resquebraje todo y me deje ahí,hundida sin salida de
nuevo. Mi defensa era fuerte pero no perfecta y ni siquiera eterna, soy frágil
como cualquiera hasta podría pensar que en el fondo lo era más.
Sinceramente
para mí ya no había dudas, se que esa noche había servido de mucho y que no lo
quería perder y es porque simplemente no me imaginaba sin el toque de su mano,
sin una noche más de poemas y sin mirar la luna pensando en su corazón.
Sabía
que él me amaba <<Y
precisamente de eso habla Bruno Mars con esto exquisito que se llama : Talking
To The Moon, en un momento regresamos con ustedes...>> Y yo, lo amaba a él.
CONTINUARÁ ...