martes, 6 de agosto de 2013

La Primera Fila, 3ra Parte. Capítulo 6, El último Vals.

Capitulo 6
EL ÚLTIMO VALS

1 MES DESPUÉS.

Un, dos, tres…

Un, dos, tres…

Es como si la ciudad se inundara del ritmo de mis pasos. Un ritmo pasivo, tranquilo, suave, amenazadoramente romántico y exquisitamente único.

Recuerdo que antes de eso, Armando acomodó discretamente su Ipod en el chasis de un Tsuru desvencijado y sucio que estaba en el rincón de un estacionamiento. De inmediato y después de eso se empezó a escuchar la canción que estoy segura nos uniría a los dos, al menos en ese instante. Una canción que me sonó muy familiar y conocida, supe que ya la había escuchado pero no recordaba en donde ni hace cuanto tiempo había sido. Escuché una voz que decía:

“Your love is magical, that's how I feel
But in your presence I am lost for words
Words like, "I love you."

-Me gusta- le dije con una sonrisa discreta en el rostro

-Michael Jackson ¿no te acuerdas de eso verdad?- respondió invitándome al centro de la pista…bueno, en la que en realidad era un lugar vacío en medio del estacionamiento. Tomó mi cintura con su mano izquierda y enlazó mis dedos con su mano derecha.

-Nuestro… primer baile- respondí recordando de nuevo la primera fiesta donde lo vi por primera vez-Desde luego que es la canción de nuestro primer baile pero, espera, espera…- traté por todos los medios de recordar cómo se llamaba la canción pero no podía llegar hasta ese recuerdo y lo único que hacía era recordar su olor en mi nariz y su camisa negra que odie esa fiesta porque no se le veía bien, aunque después de 2 años hasta la apariencia de aquel muchacho había cambiado.

-¿Qué es lo que escuchas todos los días, es importante para todo ser humano y desgraciadamente lo dejamos pasar como si fuera cualquier cosa?

Vaya, una adivinanza. Armando cuando quería era difícil y con sus acertijos me hacía sentir algo estúpida.

-Emm… ¿La naturaleza?- respondí apenada por la respuesta. Armando dio el primer paso haciéndome bailar.

-Tienes que ver con eso…si, si, desde luego que tiene que ver con la naturaleza pero hay algo más. Digámoslo que es algo mas- se detuvo un poco, miró al cielo y después de vacilar un momento, regresó su mirada a mi rostro- interno.

-¿Algo más interno?- <<Jimena recuerda, por favor recuerda ese día>> pensé para mis adentros.

-If they say: Why, why, thell’em that it’s…- Armando canta bien. Su voz hizo que mi piel se enchinara y me pusiera roja. La verdad no me importaba ya si me ponía roja o no. Él estaba ahí, estaba Armando, había regresado y de nuevo estábamos bailando como siempre lo habíamos querido, sabiendo lo que en realidad necesitábamos saber desde el inicio, sabiendo que estábamos enamorados, íntimamente y universalmente enamorados <<No Jimena, no es un sueño>> me repetía cientos de veces en la cabeza y de pronto, recordé a que canción se refería Armando.

-Oh, ¡ya! ¡ya!…¡Human Nature!- Salte un poquito sobre las zapatillas y me acerqué más a él- pero…¿estaba equivocada?- le cuestioné porque creo que mi respuesta estaba cerca del título de la canción.

-Sí, naturaleza…pero hay algo más íntimo,- decía Armando sujetando las palabras en el aire- el corazón.

Nunca podía ver las cosas como las veía él. Para Armando todo tiene una razón de ser, todo te enseña y todo tiene una lección. Me sorprendía saber que de una sola canción podía crear un universo paralelo al nuestro, casi casi podía sentir que Armando había escrito la canción y el significado lo sabía por lo mismo. Lo único que bastaba era compartirlo conmigo y hacerme sentir ese intenso cosquilleo en mi pecho porque creía en eso, creía que quizás y el universo conspiraba a nuestro favor.

Aunque ya anochecía pude ver que sus pasos estaban guiándome mágicamente hacia un momento único e incomparable. Dejé que por primera vez el guiara completamente mis pies y mi cuerpo y sinceramente lo hacía demasiado bien, la verdad no se dé donde rayos lo había aprendido pero aparte de boquiabierta me dejó casi sin respiración.

-Naturaleza Humana- repetí- a eso te refieres ¿verdad?

-Sí y nunca le ponemos atención. Es algo tan normal que siempre pasa desapercibido y se nos olvida creer en el amor, en un amor natural y sincero. Un amor sin condiciones ni limites, un amor humanamente natural Jimena.

-Y ¿Qué hay del corazón?- a veces me sentía torpe, los nervios me traicionaban y no me hacían bailar como lo hacía normalmente.

-Nunca vas a saber o sentir lo que siente en realidad el corazón de una persona aunque sea lo demasiado cercana a ti, eso es algo muy obvio y hasta lógico ¿no? te estoy hablando de la razón - respondía bailando con gracia- pero hay una parte que te hace saber en realidad la verdad y te hace creer en ese final donde los corazones terminan unidos para ser uno solo, esa parte…- tomó aire y terminó-…es la fe.

-¿La fe?- respondí perdiendo el hilo de todo lo que me quería decir, traté de recuperar todas las palabras que estaba diciendo pero creí haberme perdido en alguna ¿La fe en algo tan complejo?

-Si Jimy, la fe. De hecho tienes que saber que la fe no es algo que se separe de la razón y mucho menos  del corazón, de hecho van unidos. El punto aquí es que muchos no lo toman así y es por eso, por ese pequeño gran detalle que no sueñan.

Los sueños, es muy cierto. Para soñar necesitas tener fe, fe en que lo que empieza terminará como lo imaginas o aún mejor que eso, es creer que lo que empieza con un baile y una palabra como un simple “Hola”, terminara en un baile para siempre. Creo saber a qué se refería con todo lo que me decía.

Un silencio se escuchó después de que terminó la primer canción que había puesto Armando, sin darnos cuenta seguíamos bailando y creyendo en un futuro. Quizás y él pensaba lo mismo que yo y ¿Qué era?, un secreto.

-¿Tuviste fe?

-Sí- respondió Armando.

-¿Aún después de que escribiste la carta?

-Aún después de saber que mi mundo se derrumbaba. Aún después de cada terapia con la doctora. Aún después de las noches que soñaba que te perdía. Aún después de sentirme solo y extrañarte. Aún después de saber que jamás te volvería a ver. ¿Qué si tenía fe?- rió por lo bajo- Jimena- acercó su frente a mi frente, se agachó un poco más y yo sentí que moría; su perfume, sus manos, su voz, su cuerpo, su ser entero justo aquí, enfrente de mí y saber que mi sueño se había convertido en realidad- mi fe me hizo creer en un sueño que quizás sería imposible, y ese sueño se volvió realidad. Ese sueño eras tú.

Si sintieras lo mínimo que yo sentía en ese momento sabrías lo que en verdad es amor. No nos besamos, no lo volvimos a hacer, pero simplemente era estar ahí, en silencio, bailar sin ninguna melodía más que la del mundo que giraba debajo de nuestros pies. Estar de frente y sentir nuestros corazones y creer, simplemente creer que el futuro podría ser difícil pero no imposible a su lado.

-¿Y tú?... después de tanto tiempo…- interrumpí su oración

-Estoy aquí. Luché por lo que quería, luché por ese sueño y lo tengo aquí- me detuve y fui sincera completamente- y créeme que es el sueño más hermoso que eh soñado jamás.

-Yo quiero que sepas algo- vaciló- volverá la oscuridad Jimena- Armando dejó de bailar y me miró seriamente- quiero que sepas que el pasado se meterá hasta en el rincón menos imaginado, pero al menos quiero que sepas que mi razón, mi corazón y mi fe siempre creerán en ti y sabrán hacer crecer lo que sentimos los dos. Con cordura, con pasión y soñando hasta el último momento.

No se sí eso era un buscapié pero, decidí hacerme la desentendida y esperar que el hiciera la propuesta. Era lo que nos bastaba, sellar el compromiso y terminar de una vez por todas con todo lo demás. Era la oportunidad para salir de ese viejo estacionamiento feliz, con una sonrisa y tomada de su mano. Era la hora de recuperar el tiempo que habíamos perdido y era momento de abrazarlo como jamás me hubiera imaginado abrazar a una persona en toda mi vida, pensando en aquellos días llenos de su ausencia. Era momento de pensar en sorprenderlo cada mañana y cada noche, de ser solo de ella y de esperar el tiempo adecuado. De soñar con el siguiente paso y de seguir adelante juntos. Sí, si él me proponía ser su novia obviamente no me negaría, no lo haría ni por la fortuna más grande este mundo. Solo bastaba escucharlo hablar, solo eso.

-¿Ya viste el sol?- rayos, esa no era la pregunta que esperaba.

-No lo veo muy bien pero ya casi está desapareciendo, se ve hermoso el cielo azul ¡muy muy bonito!- después quise aterrizar mi idea y dar aunque sea una pequeña pauta- ¿Crees que el cielo este diseñando una nueva página para nosotros?- le indiqué.

-No lo sé- miró con toda atención las últimas luces de vida del sol y terminó- pero creo que lo que importa demasiado no es el final de la historia, sino el trayecto porque – toco mis manos- tu lo harás especial- su sonrisa amplia y sincera me estaba aniquilando el pensamiento y estaba haciendo que mi corazón se azotara de pared en pared.

Armando, mirando el reloj con asombro,  solo me dedicó una mirada de sorpresa en lo que con ojos llenos de emoción y asombro solo dijo - Dios mío, ¡es demasiado tarde Jimy! 

-¿Demasiado tarde? Pero si apenas y…

-¡Me tengo que ir y tú también! – No sabía a lo que se refería con “demasiado tarde” si apenas y nos daban las 7:30 pm o igual y las 8. También no era algo razonable debido a que apenas habíamos llegado ahí hace unos instantes.

De pronto llegó un taxi justo a la entrada del estacionamiento y nos miró como si nos estuviera esperando.

-Ven Jimy, corre- me tomó de la mano y me obligó a correr en dirección al taxi- a ti es a la que se te va a hacer más tarde y eso ahora ya no es una buena señal.

-Oye pero…como que se nos va a hacer…- seguía tomando mi mano y llevándome al taxi, su mirada no me hacía dudar de una buena intención departe de Armando pero aún así todo eso no me era algo normal-… ¡espera Armando!

-No, definitivamente no podemos- ¿Podemos? Armando seguía sincronizando su reloj y mirando el cielo que se estaba estrellando- rayos. Sería mejor que te metieras, te va a llevar a tu casa- Armando miró al conductor y este a duras penas le devolvió la mirada tras los anteojos negros que llevaba puestos- yo tengo que llegar temprano sino…- se tocó la frente y agacho la mirada con desesperanza

-Armando ¿estás bien?- le toqué el rostro y me miró brindándome confianza

-Sube Jimy, no quiero que vayas sola a tu casa. Disculpa que no haga lo correcto al llevarte hasta allá pero…-su voz sonaba aún mas estresada y apurada que antes-…no puedo perder más tiempo.

-Armando pero no te puedo dejar así aquí- le repliqué acercándome a su cara- me tendrás con el pendiente y no…

-Jimy, hazlo por mí- tomó mis manos que antes descansaban en sus mejillas y por última vez me invitó a subir en el taxi- confía en mí, por favor solo confía. Más tarde te marcaré a tu celular- me preocupe demasiado y mi garganta se comenzó a cerrar- sabrás mas al rato porque me tengo que ir- vacilé un momento más y al cabo de unos segundos subí al taxi mirando su cara- solo ten fe ¿ok?- su voz no sonó como siempre sino más alterada, no me convencía nada y mis nervios se comenzaban a poner de punta- ten fe en que algún día me volverás a ver- cerró la puerta sin pensarlo dos veces y el taxi avanzó.

-¿Armando? No… ¡No por favor!- “¿Ten fe de que algún día me volverás a ver?”. Una fuerza extraña hizo presión en el fondo de mi corazón y solo vi que su cara me miraba a través de la ventana. No quitó su mirada de la mía y solo me mando un beso a lo lejos aunque su mirada no lograba expresar otra cosa más que un toque de tristeza.- Señor… ¡Señor deténgase!- no sé a qué rayos se refería Armando con eso último, no quería pensar en que…no, no, no. ¿Por qué cambiaron así las cosas? ¿Si él sabía algo que tenía que hacer porque no me lo dijo antes? ¿Por qué todo tan secreto y repentino? Y para colmo un conductor que se hacía el sordo y que lo único que hizo fue subir el volumen de su estéreo- ¡Maldita sea escuche estúpido!

-Señorita- decía el conductor tranquilo y con un tono de voz muy calmado- por favor escuche usted.

El volumen del estéreo era suficiente como para que la música entrara en mis oídos y reconocí de inmediato una canción que me no alivió en lo absoluto mi crisis ¿Talking to the moon?

-¿Qué pretende con todo esto?- el coche dio media vuelta y perdí rastro de Armando

-Yo nada, de eso quiero que esté segura- apenas y lograba escuchar su voz.

-¿Entonces?

-Ya la vio ¿verdad?- su pregunta me dificulto el razonamiento y lo único que hizo el conductor fue  señalar el cielo en una dirección

La luna brillaba en lo más alto de la ciudad y su luz comenzaba a iluminar todo a su paso, incluso mi vestido color hueso que se había arrugado por la premura de lo que había ocurrido.

-La luna, si si la conozco ajá… ¿Que tiene de diferente la luna eh? Se cree muy listo al hacerme olvidar lo que acaba de pasar con la luna. Mejor dígame ¿Quién es usted y porque no me hace caso? ¿Un vidente que ve cosas raras en la luna?

Silencio, la música seguía su curso y el conductor no respondía nada.

-A la izquierda- le ordené- ¡hey! ¡A la izquierda dije!- el conductor no me hizo caso y siguió su camino todo derecho hasta llegar a una glorieta justo en la avenida reforma.

Pensé en muchas cosas, de verdad mi corazón empezó a palpitar muy fuerte y no se me hacía normal estar sola en un coche con un señor que desconocía y aparte…no, no esperen. Armando tiene que ver en todo esto ¿no? Al final él fue el que me invitó a subir al coche y…

-¿Usted conoce a Armando verdad?- pregunté levantándome un poco del asiento trasero

-Yo solo recibo ordenes señorita

-¿Ordenes de quien señor?

-No lo sé- contestó moviendo su estéreo para darle comienzo a “Historia entre tus dedos”

-Bueno idiota, entonces lléveme a mi casa ¿quiere?- bufé y mi mal humor subió de tono. El conductor rio y mirando el retrovisor solo me dijo- Señorita, lo único que me pidieron fue decirle que llegará a un lugar seguro, no muy lejos y que fuera paciente…a lo que añado, respetuosa también.

En definitivo, no era la ruta para llegar a mi casa y al parecer era una ruta también muy conocida para mí, quizás y si me iba bien, vería de lejos la escuela de ingeniería ya que todo indicaba que pasaríamos por ahí. Me recliné sobré el asiento sin perder el sentido de la orientación y crucé mis brazos aunque seguía alerta por si el tipo que estaba manejando quería hacerme pasar una mala broma o hacer de las suyas, estaba preparada para soltar algún tipo de patada en mi defensa. Eso si lo haría sin dudarlo.

-Señorita, llegamos.

Después de 10 minutos de niveles críticos de nervios, vi afuera del taxi la escuela de ingeniería y vacilé.
Era noche y de seguro el chofer había errado en alguna orden que previamente le habían dado.

-¿Está seguro que le indicaron que era aquí?

-Escuela de ingeniería. Si señorita, tal como que la luna tiene que hacer de las suyas esta noche.

-¿Y de casualidad no le dijeron qué tenía que hacer después?- tenía un pie en el vado y el otro aun adentró del tsuru.

-La puerta está abierta, no hay nadie…creo que, con todo respeto que se merece señorita, tiene que entrar. Al menos yo lo haría.

-Bueno y…- mi tono cambio y no fui dura al tratar de terminar mi oración aunque no perdí mi informalidad al hablarle- … ¿cuánto va a ser?- mi monedero estaba descansando en mi regazo

-Adentro le cobran señorita, no se preocupe.

Puse los dos pies sobre la acera y sin perder el toque solo le contesté con un leve- bueno, eh…gracias- y cerré la puerta.

La calle estaba desierta, la entrada de la escuela también y paso corto decidí entrar por los caminos que daban al jardín de en medio de la facultad.

<<Nadie. Esto es muy raro>> pensé y miré arriba sorprendida por la luna que al parecer con su luz  me saludaba << ¿Fuiste tú?>> le hablé. <<¿Me trajiste hasta aquí tú?>>, silencio.

<<Tu tuviste todo que ver en esto ¿sabías?>> su luz se estrellaba en toda mi cara. Mis ojos no dejaban de ver la magnitud de su circunferencia << Nos escuchaste y…estoy de nuevo aquí, aunque… ¿te puedo pedir un favor?>>

La luna no se movía en lo absoluto y a veces una que otra nube pasaba a través de ella haciendo que se fundiera un entorno más único y romántico, hasta pensé que la sombra que atravesaba era una respuesta a mis preguntas. <<Se que tu eres la única en todo este mundo que sabe nuestra historia, me refiero a Armando y a mí. Sabes que sentíamos, que soñábamos y hasta donde tuvimos que atravesar para llegar a un momento como el que tuvimos hace un rato en el estacionamiento. Te quiero pedir que si esta en ti, que si es tu deseo y crees que nuestros corazones humildemente se entregaron al amor, nos permitas tener un final digno de ejemplo. Si, un final en el que a pesar del tiempo, distancia o situación, sepamos que si existe un futuro para cualquier persona que se entregue al amor. Que sepamos sembrar romance donde no la hay, que sepamos sembrar con cada detalle un poco de amor para que en el futuro, cuando nuestra jornada acabe en este mundo, sepamos que lo hicimos bien y que no es cuestión de magia, ni de egos, mucho menos de dar esperando recibir, sino es cuestión de dar, ser humildes y amar teniendo fe, a pesar de todo>> antes de cualquier otra cosa y para terminar, le guiñé un ojo, le sonreí y terminé <<Gracias por todo>>

-¡A su salón por favor!- de pronto en los auriculares del patio de ingeniería reconocí una voz familiar- personas de nuevo ingreso favor de pasar al salón “12-02” por favor, repito “12-02”- sonó una campana y supuse que era el toque que daba aviso al final del anuncio. Pero ¿A quién rayos le hablan si no hay nadie?

Volvieron a descolgar un micrófono y se escuchó más fuerte la voz- Alumna de nuevo ingreso, favor de pasar al salón “12-02” donde tendrá su primera clase porfavor.

¿Alumna? Bueno, definitivamente la orden era para mi, así que poco a poco traté de recordar cual era el salón “12-02”.

<<¿Debajo de las escaleras de física? No, no, creo que no ¿El pasillo de termodinámica? Peor, creo que no recuerdo bien cuál era el…¡ah ya! Salón “12-02” Física básica.>> De inmediato caminé por el pasillo verde que llevaba hasta una escalera de caracol y subí por ella para después entrar en el camino principal de la escuela que llevaba a los salones principales de la misma.

<< “11-09”…”11-10”…”12-00”…>> mis pasos cada vez eran más lentos y mis zapatillas hacían que el pasillo solitario cobrara vida << 12-01…>> mi corazón cobró vida de inmediato y antes de llegar al salón donde terminaría mi destino, miré por última vez la luna y sentí una confianza enorme pero también supe que algo estaba por cambiar. ¿Qué cosa era? No lo sé, pero sabía que algo en mi, en el ambiente y en mi historia estaban a punto de hacer que el pasado quedara atrás. Un presentimiento como alguna vez lo has sentido, un presentimiento bueno y especial era lo que sentía.

“12-02”

<<Tarde como siempre señorita Jimena>>  la voz me era muy familiar, era la voz del mejor profesor que había tenido en ingeniería, pero de donde provenía el sonido no me era tan común, suponía que venía de algún lugar cercano en el interior del salón, quizá de alguna grabadora o dispositivo de audio. Estaba oscuro en su totalidad y no podía ver absolutamente nada. Solo podía seguir escuchando la voz que seguía hablando…de mí.

<<Ahora con que nos va a salir ¿eh? ¿Se le murió su gato?... trate con respeto la clase señorita. Para mañana dulces a todos…>> De repente en la grabación se escuchó una voz muy familiar, mi corazón golpeó con fuerza al escucharla, con mucha mucha fuerza <<-Profesor, ¡ella ya debe los dulces de ayer porque también ayer llegó tarde!>> casi pisando las palabras escuché mi voz en la grabación <<Hay, por favor cállate si no sabes porque llegue tarde “Armando”>>

-Y nunca trajiste los dulces- un fosforo se encendió e iluminó una vela que descansaba en una mesita en medio del salón, la voz era inigualable e incomparable con cualquier otra- aún así, quiero que sepas que desde ese momento que cruzaste tu mirada con la mía, me enamoré de ti- la grabación disminuyó de volumen y Armando, al que podía ver muy poco por las luces, se acercó a mi poco a poco y tomó mi mano invitándome a tomar asiento en una silla que estaba preparada para mi justo enfrente de la mesita donde descansaba la vela.

-Armando pero como es que llegaste, si…

-Shh…- tomé asiento y mire sus ojos con la lucecita de la vela- ¿me gritarás de nuevo como ese día?- sonrió y me quedé quieta suponiendo que el ya veía mis mejillas sonrojadas.

-Gracias- cuando te enamoras hasta el tono de tu voz cambia, definitivamente eso pasó, me acabé de enamorar del chico que estaba enfrente- gracias por todo esto.

-Aquí fue, después de estos años nunca me imaginé estar de nuevo en este lugar contigo- me decía- ¿recuerdas el último día que te fuiste?

-Armando, trato de no hacerlo

-Deberías porque… olvidaste algo- me dijo alegrándome el rostro

-Sí, claro…se que olvidé algo- sabía bien a lo que se refería y lo que me estaba dando a entender, simplemente había olvidado mi vida entera, había olvidado llevarme a Armando conmigo, dejar que él se hiciera cargo de mis noches tristes y de mis penas- Se a lo que te refieres.

-No, no sabes Jimy.

Armando se volteó de espaldas a mí y a la mesita. Señaló la única silla que estaba mirando al pizarrón y después solo volteó su cabeza para verme

-Se te olvidó algo bien importante ahí, en la primera fila- vacilé un poco y respiré profundo porque el corazón estaba haciendo de las suyas, se volcaba en mi interior y trataba de salirse de sus límites, retumbaba en mi pecho y hacía que mi respiración no tuviera buen ritmo- ve, tienes que ver qué es lo que no te llevaste.

¿Qué sería? Digo, mi mente trataba de recordar por todos los medios cualquier cosa u objeto pero no determinaba que era lo que descansaba en el pupitre.

Mi zapatilla me traicionó y por poco caí porque los mareos eran intensos y no cabía dentro de mí, así que continué a pesar de eso.

Le di la espalda al pizarrón y vi de frente lo que estaba descansando ahí. Era una caja del tesoro. Si, una caja como en las que los piratas recogían un botín llenó de oro. Era igual, casi casi la misma.
Miré a Armando con el ceño fruncido y sonriendo solo me dijo: Adelante, ábrelo.

Poco a poco descubrí la tapa y miré todo lo que había adentro y tal como lo imaginaba, habían monedas de chocolate cubiertas por una capa de papel aluminio color oro que simulaban monedas reales de oro.
En la contra parte de la tapa pude observar un pequeño texto que decía:

“El amor nunca deja de ser”
Es hora de buscar adentro.

-¿Ya leíste lo que dice?-preguntó Armando

-Si ya y entonces tengo que…- Armando apagó con un soplo la única fuente de luz que nos ayudaba a ver más allá de nuestras narices.

-Ahora tienes que buscar Jimena- terminó Armando.

-Ok, bueno pero ya no te veo ni veo nada aquí…- puse mi mano sobre las monedas-… no te irás ¿verdad?

-No, no. Aquí estaré Jimy, aquí estaré.

Las monedas llegaban a romperse y el chocolate me batía un poco los dedos. Poco a poco mi mano fue descendiendo cada vez más y no lograba tocar aquello que me decía Armando.

-¿Muerde?- le pregunté y rió por la pregunta

-No, no muerde. No le gusta la carne cruda- se rio aun más y después se arrepintió- Vamos, no es ningún animal.

-Eres mala persona ¿sabías?

-No, no lo sabía hasta ahora que la chica de mis sueños lo dice. Bastante ilógico ¿no?

-…y romántico también ¿eh?- la última palabra la dije con sarcasmo. Armando siguió de risa en risa y a veces su silencio me preocupaba- ¿Sigues ahí?

-Si, avísame cuando termines por favor.

-Ok, trabajo en eso- las monedas se rompían cada vez más y no podía llegar hasta el fondo de la caja, me era casi imposible, así que decidí, aunque se viera un poco mal, meter la mano sin preocuparme por derramar algunas monedas en el suelo.

Poco a poco mi mano llegó a tocar el fondo, ahí estiraba aun más los dedos esperando palpar alguna forma diferente a la de una circunferencia y después de unos segundos toqué algo diferente. Era quizá alguna caja más pequeña. La toqué con más morbo y descubrí que era una cajita del tamaño de mi mano, quizá un poco más grande, pero solo un poco.

-Creo que ya lo tengo- comenté a la sombra que me veía en la oscuridad

-Bien, ahora sácala.

-¿Puedo tomar un chocolate?

-No ahora. Por favor saca lo que encontraste y ábrelo ¿de acuerdo?

-Ok, ok…aquí vamos- poco a poco la cajita salió del mar de chocolate y la coloqué en mis dos manos- ya lo tengo enfrente de mí.

-Ábrelo- me ordenó tranquilamente.

-Bien…vamos a abrirlo ahora

-¡Espera! ¡Espera! ¡Espera!- me previno- ¿Estás segura?

-Claro que estoy segura Armando- le comenté con un hilo de voz- ¿y tú?

Escuché que tomó una bocanada de aire y respiró.

-Sí, tan seguro como de que la luna siempre existirá para los que la buscan.

-Bueno, me parece perfecto; así que a la de 3…- mi corazón explotaba de nervios, mi piel ardía y mi mente no se quedaba quieta; se movía de un lado para otro- …uno…- mi mano izquierda sostenía con fuerza la cajita- …dos…- mi mano derecha tomo la tapa de la cajita y los dedos rodearon su contorno-…y…- mi corazón se volcó en fuego y no lo pude resistir-… ¡tres!

Una luz blanca alumbró mi rostro justo cuando abrí la cajita y pude ver que había algo más allá de la pequeña luz que se asomaba. Pude ver algo que brillaba, quizás una gema o una piedra preciosa y que debido a la luz que emitía un foquito en el interior de la cajita, se refractaba la luz a través de la piedra y hacía que el salón se llenara de pequeñas chispas de luz.

Y ¿Qué era lo que hacía que la gema se sostuviera y no se moviera? Era un pequeño círculo que estaba justo debajo de ella. Sí, era un anillo.

- Yo se que esperabas algo diferente- su voz se entrecortaba y comenzaba a flaquear en esos instantes- pero no Jimena, no tengo nada que dudar, no tengo nada que probar, no tengo a nadie a quien preguntarle, ni tengo que esperar algún tiempo para decirte cuanto te amo.

Un anillo de compromiso. Un anillo para toda la vida.

Armando estaba justo enfrente de mí y yo no me había dado cuenta. Claro, era lo que mi corazón tanto me estaba gritando desde hace unos momentos antes. El sabía a qué venía aquí, a que me traería todo esto, a que final queríamos llegar y a que teníamos que enfrentarnos.

Mi estomago se inundo de miles de millones de mariposas que revoloteaban en ese momento y buscaban su salida por mi garganta haciendo un nudo en la misma y así demostrar su poder a través de las lagrimas que se desbordaban en ese momento.

-No te sientas obligada a…
-Armando- mis mejillas estaban llenas de lágrimas y mi garganta no me dejaba hablar como quería hacerlo en ese momento, era difícil porque mi todo estaba enfocada hacia él, hacía el anillo, hacía la luz, hacía el futuro, hacía el día donde estaríamos los dos aceptando una vida entera- tu eres mi vida entera, eres mi alegría y mi felicidad, eres mi sol y eres mi luna, eres mi presente y mi pasado, eres mi sueño mas anhelado y eres la razón por la cual mi corazón volvió a latir. Eres más que lo que pude haber deseado, eres más de lo que le pedí a Dios y quiero que lo seas hasta el día en que mi corazón deje de latir, porque sé que ese día nuestras manos estarán eternamente enlazadas y lo último que escucharás decir de mi es..

-Te amo- lo dijimos al mismo tiempo y de ello surgió la sinfonía más hermosa del universo con un beso.

-¿Quieres casarte conmigo?- Armando estaba llorando, no sé si más que yo, pero noté un mar de lagrimas en sus ojos.

-Quiero ser para siempre tu amanecer. Si mi amor, para siempre.




>>CLARA

Armando:

Hay cosas que como persona no puedes ni podrás olvidar. Y justo ahora, en esta carta, quiero ser sincera contigo, confesar lo que mi corazón necesita decir y no se atreve a decir por motivos tan razonables como lo es tu futuro con la persona que amas.

Te fuiste y dejaste un vacío aquí, un vacío enorme como lo es dejar de respirar, como lo es sentirse solo aunque todo el mundo te salude, te vea, te procure. Un vacío que no llegará a llenar nadie, no lo va a llenar el tiempo, ni la edad. No lo llenarán las risas del futuro, ni los recuerdos del pasado. Un vacío permanente que prefiero vivir sola, un vacío en el que prefiero caminar acompañada de tu risa.

Si Armando, porque al final siempre se quedarán los recuerdos de un pasado alegre y feliz. No lo puedes borrar, no lo puedes cambiar o tapar simplemente con algún nuevo amor. No puedes fingir o tratar de eliminar un bloque tan único y hermoso como lo fue mi amor por ti.

No me declaro la mejor mujer, no lo soy. Pero quiero que sepas que lo que yo hice por ti, todas aquellas noches que soñabas y tenías pesadillas, esas noches cuando necesitabas un abrazo, esos días cuando necesitabas una sonrisa o un apapacho, esos días cuando la lluvia te mojaba y tu no la sentías porque te acordabas de ella, te acordabas de Jimena, esos días cuando veía todo eso y yo estaba ahí, contigo, sin condición alguna, lo hice porque pude ver tu corazón. Pude entender lo bello y hermoso que es interpretar una emoción que viene desde tu interior con tan solo una mirada.

No espero un agradecimiento. En cambio quiero agradecerte todo lo que algún día pudiste haber sentido por mí; nunca lo supe, nunca me enteré si tu podías sentir, entender, oler, ver, todo lo que yo sentía por ti, pero de una cosa quiero que estés seguro, creo, por lo que toda la gente me ah comentado, que eso era amor.

Tengo que caminar un camino largo, duro y difícil. Ver que tu sueño se hizo realidad es lo mas bueno para ti aunque para mi represente olvidarte.

Gracias por la sinceridad.
Gracias por tu compañerismo.
Gracias por las sonrisas espontaneas que me hacías tener.
Gracias por tu noble corazón.
Gracias por cuidar de mí y de mi enfermedad.
Gracias por este final.
Gracias por todo.

Con amor:
La que siempre será tu muñequita de azúcar:
Clara Shanai.


Dobló la carta, cerró el sobre.
Detuvo “Corre, de Jesse & Joy” que se escuchaba por toda la casa y acarició a Roffi, su perro leal.

-Ya regreso Roffi.  No te preocupes, estaré bien muchacho- decía Clara con lágrimas en los ojos.

Cerró la puerta y después de 20 minutos caminando, llegó a un río al que no solía ir mucha gente. Se detuvo justo en un puente donde atravesaba el agua y miró al cielo.

-Siempre será un buen día al recordarte- tomó con un poco de fuerza la carta que tenía en la mano y después la miró- Gracias Armando- se acercó al límite del puente y arrojó la carta al río.

-Adiós- decía la chica.

La carta tomó el mismo paso que llevaba el agua en dirección oeste de la ciudad y se perdió entre la marea del mismo río.

Después de unos días las letras se borraron, el sobre se rompió y la carta se quebró en muchos pedazos, pero el viento jamás olvidó lo que Clara había sentido al escribir tantas palabras llenas de sinceridad, emoción y amor.

El viento jamás olvidó a una chica llamada Clara Shanai.



EPÍLOGO.

5 AÑOS DESPÚES



>>JIMENA

-¡Recibamos con un fuerte aplauso por favor a la ahora doctora Jimena Narvarte!

El aplauso en el auditorio fue eufórico y atronador, en especial por 5 personitas que estaban sentadas en la sexta fila del auditorio. Mi mamá, mi hermano, Nataly mi mejor amiga, y Armando, mi novio.

Después fui a recibir mi diploma como doctora y por poco resbalo con la estorbosa toga que me habían prestado en la facultad de medicina. Ese día fue uno de los momentos más felices de mi vida. No solo por convertirme en doctora, sino también porque al día siguiente…

>>ARMANDO

-¡Y ahora recibamos con un fuerte aplauso al graduado ingeniero Armando Duarte!

Tuve que ser rápido al ver que la chica que estaba esperándome debajo de las escaleras, mi novia, estaba parada con la cámara fotográfica lista para capturar el momento en el que recibía mi diploma como ingeniero.

-Te ves muy guapo mi amor- decía mi novia que me opacaba con su vestido rojo, su girasol que se ajustaba por arriba de su oreja y su anillo que brillaba un poco menos que su risa- ¡sonríe!

Muy feliz. Creo que estaba esperando este día con muchas ansias.

Mi novia unas horas antes había recibido si titulo como doctora y ahora tocaba recibirme como todo un ingeniero.
La felicidad me abrazaba pero no más que mis nervios. Sí, aun estaba nervioso y no solo porque ya era todo un ingeniero sino también porque al siguiente día…


1 DÍA DESPUÉS

>>JIMENA

-¡Felicidades amigos!- Dios mío, Nataly y su extravagante gusto por lo natural y raro. Tenía puesto un vestido lleno de muchas hojas de otoño pegadas por aquí y por allá. El vestido le llegaba justo a los hombros y su cabello estaba horriblemente erizado y solo sujeto por una rama de olivo en la parte de atrás- ¡No lo puedo creer! Al fin.

-Naty,  te ves preciosa amiga- claro, tengo que mentir un poco y hacer que su sentimentalismo mejore. Para ser sincera ella estaba llorando mucho más que nosotros.

-Te mordiste la lengua y aparte subestimas tu vestido- Naty miró con alegría toda mi vestimenta- Quien hubiera imaginado que tu vestido blanco sería tan hermoso y…

-Naty, por favor… ¡tú lo elegiste!

-Bueno pero quien iba a decir que le iba a encantar a Armando la mariposa de la espalda.

-Por favor Nataly –Armando abrazó a uno de sus amigos que estaba formado en la pequeña fila para felicitarnos y miró a la chica que estaba enfrente de mí- no subestimes lo bonito que se ve  Jimena con o sin mariposa.

-Señor Duarte –decía Naty con un tono de propiedad- déjeme decirle que yo aquí jugué un papel muy importante porque si no hubiera sido por mí, nada…

-Naty- Armando abrazó con fuerza a Naty y después la miró a los ojos con sinceridad- Gracias por convertirlo en realidad amiga. Eres una personita leal y sé que tu buen corazón te llevará a conocer a alguien justo a tu medida.

-Qué lindo- Naty abrazó a Armando por segunda vez y las lagrimas resbalaron por su rostro- aunque espero que sus hijos no sean igual de feos que su padre.

-¡Naty!- Armando y yo gritamos al unísono

-La sinceridad ante todo ¿no?- decía Nataly

-Gracias por tus buenos deseos ¿eh?- respondía Armando con sarcasmo

-De nada Armandito, ya sabes, cuando quieras.

-Foto Naty, ¡la foto!- decía Armando

Naty nos abrazó a ambos y los tres miramos hacía la lente de la cámara que se disponía a dejarnos ciegos, y así lo hizo.

Si, nuestra boda.

Creo que duró lo suficiente como para recordar cada detalle y cada sonrisa. Cada lágrima de felicidad y cada muestra de felicitación de los que nos aman.

Recuerdo que al principio, en una pantalla enorme que se centraba en medio del salón, pudimos ver muchísimas fotos de Armando y de mi abrazados y sonriendo. Algo así como un recuento de los años que estuvimos juntos como novios. Fueron días inolvidables, días donde nos conocimos mejor y supimos apreciar lo bonito de cada uno. Valorar nuestro espacio y crecer juntos en muchas áreas.

Recuerdo la mayoría de las cosas de ese día, pero de lo que más me acuerdo fue del baile, vaya, el vals.

“Compartir, de Carla Morrison” sonaba por todo el espacio del salón.

-Mi vestido se enreda a veces con mis pies- decía evitando que el fuego que se empezaba a encender en mi pecho no provocara un desmayo.

-Lo que pasa es que son los nervios- Armando erguía la espalda y hacía que su traje luciera aun más ajustado. Se veía muy guapo, muy muy guapo y diferente. Sabía que la idea de usar trajes no era muy de él pero de verdad que le quedaban tan bien y en especial ese porque era tal como imaginaba a mi príncipe- pero creo que yo estoy peor.

-¿De verdad tienes nervios?- pregunté mirándole a los ojos.

-¿No lo notas?- Armando tomaba aire y cerraba los ojos rítmicamente- mira ven….escucha.

Me acercó a su pecho y empecé a entenderlo todo. Su corazón latía tan a prisa que evite alejarme de él y mejor puse mi mano en su pecho tratando de relajarlo un poco.

-Gracias mi vida- en efecto, su corazón se relajó demasiado.

-Ya está caminando igual que el mío- le dediqué la sonrisa más natural del mundo y él me dedicó la más hermosa del universo.

-Ahora si señorita ¿Gusta bailar para siempre conmigo?- su invitación formal hizo que me derritiera en sus ojos y que mi mano derecha se posara en su mano izquierda. Su mano derecha tomó mi cintura y sin pensarlo, comenzamos a llorar de felicidad recordando tantas cosas y viviendo, respirando y sintiendo el compás de la canción que se enterraba en nuestros pechos.

-Sí, claro que si mi amor- y para sellar un pacto con mi corazón… lo besé.

El último vals resultó ser el primero.

Recuerdo que la primera vez que bailamos, la primera vez que nos hablamos y nos conocimos hace mucho tiempo justo en una fiesta de la universidad, fue cuando nuestros corazones se conocieron y decidieron escribir una historia en las estrellas aunque esperaban el momento para sonar al mismo ritmo y esa noche, la noche de mi boda,  justo en ese vals, se conectaron y empezaron a latir bajo el mismo ritmo, bajo el mismo cielo, bajo la misma luna y bajo el mismo universo. Esperaban ver el espectáculo del amor desde La Primera Fila...para siempre.  


FIN.



Basado en una historia real.






DEDICADO A:

Iliana, Mari, Andrea y al extraño ser llamado “Armando”.










miércoles, 29 de mayo de 2013

La Primera Fila - El Último Vals. Capitulo 5 - Un Baile en un lugar extraño.

Capitulo 5
UN BAILE, EN UN LUGAR EXTRAÑO.

No sé quién ni mucho menos cuando, pero hubo alguien que escribió algo más o menos como esto: lo que se hace, se paga; o más fácil “Ojo por ojo, diente por diente”.

Sería raro pensar que si alguien te hace daño tú le vayas a pagar de la misma forma o seas cómplice de la venganza. Es algo absurdo e impredecible pensar en ello ya que quizás la vida se lo va a cobrar de la misma forma pero sin que tú disfrutes del sabor de la venganza, vaya, que no seas el autor intelectual del hecho. Pero pensar que tú puedes y te es necesario ser la persona autora de la apuñalada te hace sentir un alivio momentáneo. Lo que no puedo asimilar es el punto de ser la persona dañada, me refiero a ser la persona que algún día por algún motivo cometió un error, y precisamente así me sentía yo. Tal como un conejillo de indias a punto de ser evaluada por su destazador, como un pequeño animal en la selva esperando a que el cazador ajuste cuentas por haberle hecho daño, simplemente empezando a ser parte de un plan detallado y quizás y sabiendo toda la verdad, siendo usada sin escrúpulos y con el único y doloroso objetivo negativo del amor, la venganza y porque no, la traición.

-Jimena…- la cara de Nataly se dibujó en mi pensamiento- Toma – me ofreció un pañuelo

No me había dado cuenta pero mis mejillas tenían rastros de lágrimas. No supe cuando comenzaron a salir pero por lo absorto de mi pensamiento y por el tiempo que había trascurrido creo que habían sido pocas pero con un peso muy fuerte.      

-¿Es verdad?- aún me atreví a preguntar a pesar de que sabía por la mirada de Nataly que todo era cierto.

Mi amiga solo acertó con la cabeza y me miró acabada.

-¿En qué piensas Jimy?- me decía Nataly con una voz casi como de ardilla, tranquila, compasiva, casi sin esfuerzo, como si fuera cuidadosa de que el mismo tono de su voz me fuera a hacer daño.

-¿Crees que lo está haciendo…- tomé aire, limpié mis lágrimas- …por venganza?

Nataly pensó un momento en mi pregunta y tomó mi mano con suavidad. Yo respiré aún más hondo, con más fuerza pensando en mil cosas en mi cabeza.

-Lo conozco- respondió mi amiga sopesando en las palabras- pero eso no hace que yo piense en que quizás y…

-¿Cómo lo sabes? – La interrumpí- si, ¿Cómo sabes todo esto?

-Clara.

-¿Clara sabe todo esto?- Para mí era obvio que Clara ya sabría toda la verdad si es que Nataly había tomado la decisión de contarlo y asegurarse de poner orden todo.

-No Jimy- respondió bajando la mirada- ella aún no lo sabe, pero creo que lo sospecha desde…hace tres semanas.

No puede ser, simplemente no lo puedo creer. Las palabras comenzaban a pesarme cada vez más y estaban comenzando a hacer un tornado en mi interior donde el ojo del mismo era mi pecho. Su furia empezaba a desatar un impulso donde sabía que no podía detenerse, donde sabía que Clara no era la culpable, al menos hasta ese momento y hasta mis suposiciones.

-Pero… ¿Por qué diablos no me lo dijo? – Respondí y sentí que el grifo de mis lágrimas volvía a abrirse sin prometer detenerse- ¿Porque si sabía que el volver a verlo era abrir una puerta para los dos, para crear nuestro nuevo y propio mundo, no me lo dijo ese mismo día del Parque?

-Lamento todo esto Jimy, lo sabes, pero necesito saber solo una cosa más- decía Naty a la que veía a través de mis ojos que estaban opacos y muy acuosos. Como si no fuera suficiente el dolor que estaba en mi pecho y la verdad que Nataly decía a cuenta gotas, ella tenía más cosas que contarme- En estos días que han salido ¿Qué es lo que hacen?

Al parecer eso era la lo único que me faltaba, una pregunta más para que mi corazón comenzara a estallar y empezara a supurar en molestia; y esperaba, de verdad esperaba que no se convirtiera en otra cosa, no quería que se convirtiera en algo como el engendro del rencor. 

-Salimos- solté un hipido y me limpié la nariz.

-¿Solo…eso?

Silencio, no quería recordarlo. El 102 por ciento de mí mente estaba ocupado en saber las verdaderas intenciones de Armando, en Clara y en el centro de batalla que en estos momentos se libraba en mi corazón. No quería recordar nada, no quería decir nada, lo único que estaba haciendo era enfocar mi atención en el dolor que empezaba a ser permanente en mi pecho.

-Jimy…- no sé que hacía Nataly pero sentí que su cara se acercaba a la mía. Al menos yo estaba cabizbaja mirándome los dedos de la mano que descansaban en mi regazo.

Después de un minuto en el que me secaba las lagrimas y mi mente comenzaba a regresar a la realidad, me dispuse a recordar aún sabiendo que esos recuerdos empezarían a doler.

-Salimos y solo…bailamos.

Nataly cambió de posición y se reclinó en la silla. Yo me dispuse a verla y noté enseguida que todos sus gestos habían cambiado desde una Nataly preocupada hasta una Nataly pensativa que solo fruncía el ceño.

-¿Bailaban?...pero… ¿Cómo que bailaban? ¿Qué es lo que…? ¿A qué te refieres con…?
 
-Si Nataly. Siempre procurábamos vernos en el Parque y después terminábamos visitando los lugares que desde hace mucho no visitábamos. Como el viejo estacionamiento en medio de la ciudad que nadie recuerda ni visita. Ya te había contado de ese estacionamiento ¿recuerdas?

-Sí, sí recuerdo pero…un baile- respondió Naty en lo que yo me desmoronaba en la mesa del café -disculpa amiga pero… y ¿Porque lo hacían?

-Nos hacía recordar cosas- respondí entrecortando las palabras e hilvanando aire para mantenerme en lo que podía, firme – pues supongo que a él le hacía recordarme en esa fiesta donde nos conocimos y a mi…- silencio, no terminé la oración.

-¿A ti que Jimy?- me apresuraba Nataly

-A mi me hacía estar más cerca de él, más cerca de mi realidad y…- <<basta>> decía mi razón <<¡No continúes!>> - …pff…- bufé y volví a entrar en el inmenso hoyo del dolor- me hacía estar segura, protegida del pasado, protegida de mi misma.

-Jimy… ¿Por qué piensas que él se está vengando?

-Sabes muy bien lo que hice. Lo usé, esa es la verdad Naty,  y es lógico que él tome esa posición aunque…- tomé aire-… esos días no los cambiaría.

-Supongo que no lo harías porque…

-Su corazón Naty- interrumpí a Nataly algo aquejumbrada y miré un lirio rosa que estaba justo debajo de mi zapatilla- lo sentí tan cerca. Lo conozco porque él me lo ofreció, me lo entregó sin saber hacía donde lo iba tirar.

-¿Y si no es venganza? ¿Si todo esto es porque él decidió volver a amar… – esa parte de la oración carcomió mi estomago-…y justo cuando estaba por dar el último paso…llegaste tu?

No sé si fue una ilusión o algo por el estilo pero creo que el lirio que estaba justo debajo de mis pies, se abrió y me toco un poco la piel, casi como si estuviera consolándome por alguna razón, como si él estuviera sintiendo lo mismo.

<<¿Llegaste tú?>> pensé y mi mente me ofreció un panorama distinto. Armando trataba de decirme algo y quizás no era sinónimo de venganza sino de…

-Dios mio- me asustó Naty debido al susurro- debes irte.

-¿Irme? ¿Pero que ray…- Naty señaló un arbusto justo detrás del Edén y fue ahí, justo ahí, donde mi tonto corazón detuvo su cochino lloriqueo, sin mencionar el dolor que casi como por arte de magia desapareció.

Un chico con saco color azul marino, cabello recién cortado y bien peinado, camisa blanca muy bien planchada, zapatos azules, pantalón de mezclilla y con una sonrisa enorme, se acercaba hacía nosotras.

-Armando- decía Nataly en un susurro en lo que mis ojos regresaban a las orbitas oculares de mi amiga y perdía mi razón para encontrarme con que de nuevo el amigo que residía en medio de mi pecho, se agolpaba y su sonido retumbaba en mi oídos, casi casi como si de una batería musical se tratara. Como si el bit del tiempo regresara a su lugar de origen, como si mi corazón tratara de decirme algo indescifrable, algo que mi razón desconocía.

-Toma y vete- me decía de nuevo Nataly resolviendo el caso y ofreciéndome la carta como si fuera un explosivo- yo lo resuelvo.

Todo el mundo se detuvo. Tenía que reaccionar ahora o sino podría haber serías consecuencias. Reaccionar significaba quedarme ahí parada, esperando a que Armando me saludara y verme vulnerable ante el acto o en su debido caso irme de ahí, esconderme en alguna esquina de la facultad y esperar que Nataly resolviera todo el asunto. No, definitivamente resolver es asunto de dos el rey y la reina como en el ajedrez. Aún así tomé la carta de Armando que tomaba con fuerza Naty y decidí dar la vuelta para mirarlo de frente, si, aún tenía la fuerza para hacerlo, lamentablemente fue rápido el acto de arrebatársela a mi amiga que sin querer se rompió por la mitad, justo cuando alguien entraba en la escena.

-Em…- su olor atrapó mis sentidos-…hola.

Un “hola” que carecía de ánimo se escuchó justo detrás de mí, en mi espalda. Armando vio que el sobre se había roto y quizás ese era el motivo de ese desafortunado saludo.

-¡Oh! Armando, eh…- La voz de Nataly flaqueó y la mitad de la carta que ella tenía cayó en medio de la mesa- …que milagro verte y…

-Hola- respondí con seguridad que saqué no sé de donde, en lo que me limpiaba las últimas lagrimas de mis mejillas sin que Armando se diera cuenta.

-Esa es la…

-Sí, la carta- giré las zapatillas y miré a Armando de frente.

Si iba a haber un enfrentamiento tenía que ser ahí y en ese momento. No quería seguir en el negocio de no poder saber la verdad. Era hora de hacerlo hablar, de hacer que abriera de una vez por todas su enorme bocota con la verdad.

-Nataly, déjanos- le ordene a mi amiga sin despegarle el ojo a Armando, ni él a mí.

Lo único que lograba escuchar era un sonido detrás de mí que indicaba que Nataly me abandonaba. El lugar en ese instante se volvió frío, sordo, hiriente.
-¿Por qué lloras?- Armando trató de tocarme el rostro y quiero confesar algo justo aquí, hacer un gran paréntesis y decirles que necesitaba el toque de su mano acariciando mi mejilla y dejando hacer respirar a mi corazón, pero no era suficiente cuando la razón vomita un sinfín de leyes estrictas, tales como saber la verdad.

Así es que no permití que me tocara y me moví de posición. Tomé asiento en donde Nataly minutos antes estaba y tome la carta despedazada en mis manos.

-La rompiste- decía Armando.

-¿Qué se siente eh?- Las lagrimas querían brotar de nuevo pero para mí fortuna la fuerza que me producía saber la verdad no las dejó salir.

Armando miró a lo lejos y supongo que estaba buscando a Nataly por algún lugar de la salida de la escuela, casi como si su deducción fuera: “Nataly tiene que ver algo en todo esto”.

-Otra vez lo hiciste Jimena, otra vez lo estas rompiendo y no te das cuenta de lo que pasa aquí adentro. Esa eres tú, esa eres en realidad. No la que creía haber visto en el fondo desde esa vez en el cine- sonrió sarcásticamente.

La defensa ante un argumento así debe de ser una respuesta contundente, fría y directa.

-No me hables de dolor cuando no sabes lo que en realidad pasa delante de tus ojos. La verdad te persigue Armando. La verdad que te avergüenza.

Tenía que bajar la cabeza y así lo hizo. Eso mismo me dio puerta a muchas cosas, una de ellas era que se sentía avergonzado de algo, claro, era demasiado obvio.

-Pues aquí me tienes ¿Qué tanto quieres saber?

-¿Que necesitas de mi Armando?- mis manos descansaban debajo de la mesa y evitaba que Armando viera el loco jugueteo que se traían entre sí debido a los nervios-  ¿Creíste que jamás me enteraría de Clara? ¿De su loco romance? ¿Por qué estas siendo así conmigo? Es más deja de eso ¿Por qué estás jugando con ella y le haces pensar que la amas?

-No digas eso Jimena, no sabes que es lo que pasa y tu sola estas sacando conclusiones que no son.

-¿Y tus conclusiones son?- crucé los brazos, algo más intenso para la situación.

Armando se sentó y miró alrededor. Se acababa la mentira, se acababa la ilusión y comenzaba la verdad a reinar en el ambiente.

-Si Jimena, Clara y yo somos novios.

Solo Dios sabe como sentí la puñalada en mi estomago, la misma que empezaba a cercenar mi pecho y golpeaba mi cabeza.

-¿Y bien?

-2 años después regresas casi como nada hubiera pasado y podría darte la razón pero no Jimena, el mundo cambió y lo tenía que hacer; si fue de este modo y tenía que ser así pues no lo podía evitar. Tuve que regresar a esos lugares donde poco a poco te entregaba el corazón. Esos lugares que nos hacían ser nosotros mismos, que nos hacían ser unos locos con una esperanza, la del amor. Si tuviera la oportunidad de borrar esos 2 años, si tan solo en mi poder estuviera el desprender esos recuerdos de un Chese Long con una terapeuta que me decía que tenías que salir a como dé lugar sabiendo que mi corazón cada noche lloraba porque sabía de tu existencia pero no te podía tener – Armando se derrumbó, comenzó a llorar y recordé la última vez que lo vi antes de esos dos largos años, y el corazón, en ese instante, se quebró en mi pecho- si tuviera el poder de regresar el tiempo y no vivir esa pesadilla, lo haría, aún perdiendo todo lo que eh ganado, absolutamente todo.- Quería hablar, tenía que hablar pero al parecer la puerta se había abierto y esa, esa era la verdad- Hiciste demasiado como para decirme con tus acciones que el Armando de antes, ése que te valoraba y que no media su intención de amarte, era un tonto; que era un estúpido por no ver la realidad a la que exponía su corazón.

<<Si, entiendo lo de tu papá y sé que lo que me dijiste en el Parque Hundido es la verdad, pero no puedes utilizar de ese modo a una persona y después, sin ninguna intención de dar lo que recibes, olvidarte de todo, olvidarte de que nadie en este mundo, absolutamente nadie te amará como yo lo hice>>

<<Quizás quieres ver las marcas que ah dejado el pasado, quieres que te enseñe si es o no verdad lo que te digo y la muestra es sencilla Jimena, Clara. Clara es el trofeo a mi pesadilla, el logró a mi aventura en ese mar de tempestades y riesgos. Fue un poco de ayuda para un mundo en oscuridad donde yo vivía y donde según la teoría de la razón, tú fuiste la creadora de ese mundo y yo un simple extraño que soñaba con amarte en ese extraño universo>>

Fue como si solo bastara de un empujón para que una enorme roca cayera sobre mí sin misericordia y yo no tuviera la suficiente fuerza como para detenerla o mínimo para cargar con todo eso. Sus razones empezaban a hacer que mi mundo se oscureciera y tuviera la necesidad de desbordar todo mí dolor en aquella mesa de la cafetería del Edén. No podía soportar todo eso pero tampoco podía correr y hacer que la verdad quedara a medias, es más, mis pies no respondían, mis manos estaban quietas, mi espalda se encorvó y sentía el peso de la gravedad, mis ojos apenas y se podían cerrar, mi cuerpo se petrificó totalmente y lo único que aún se escuchaba lento pero con un poco de vida, era mi corazón.

-No quiero defenderme porque en realidad en estos casos no tengo ningún argumento para hacerlo- continuaba Armando que no evitaba las lagrimas- simplemente es la verdad, es lo que querías saber.

Y ahí, después de todo lo que dijo, comencé a llorar y sin asegurar recibir el consuelo de siempre, el abrazo incondicional de la persona que estaba enfrente de mí, haciendo con la verdad, una herida en mi corazón.

-La carta, es todo lo que necesitaba ver. Yo sé que no valía tanto la pena para ti pero podías haber sido un poco más…

-No la rompí, yo no lo hice- fue lo único que en mis fuerzas podía hacer.

-Sea o no verdad así es como terminé, o más bien…- tomó aire, agarró con sus manos las dos partes rotas de la carta y se secó un poco las lagrimas-… como dejaste todo. Un poco de tu estilo para un trato como el mío.

-La verdad es que terminas haciendo lo que jamás soñaste ser Armando- un poco de sal para querer sanar una herida es lo peor que puedes hacer.

-Se me olvida darte las gracias- decía Armando recuperando el aliento- porque por ti, ahora soy el que soy.

-Pero no eres el real, no eres el verdadero ni tantito porque yo si lo conocí- todas y cada una de las palabras fueron débiles, tratando de seducir a la catástrofe para que no terminara haciendo de las suyas- no puedes hacerme entender algo que yo sé bien porque la única persona que en verdad te conoció en el mundo, fui yo. Ahora entiendo bien todo Armando, amar es entregar y que la otra persona, queriéndolo o no, mire y examine tu corazón, al menos eso es lo que aseguras al dejar que la persona que te demuestra lo bello de su corazón, te ame- tomé aire- a eso mismo nos arriesgamos los dos.

-Pero no todos perdimos algo- Armando acuchilló mis ojos con su argumento y después de un momento de silencio en el que nos perdimos los dos en nuestras posiciones, Armando tomó lo que sobraba de la carta y se preparó para partir -sé que no soy la mejor de las personas, pero sé lo que es amar Jimena- guardó la carta en el bolsillo de su saco y terminó- y eso, te lo debo a ti.

Son segundos que quieres que sean eternos y que te den tiempo para asimilar las cosas para poder rescatar todo lo que algún día perdiste. Quizás lo has sentido alguna vez, quizás por alguna razón la vida te quería poner a prueba y quitar lo que siempre habías soñado o anhelado por tanto tiempo. Al menos a mí ya me había pasado y este era el momento para dejar de limitarme, dejar el ego, dejar de ser la extraña y temible Jimena que estaba detrás de unas zapatillas y de un status de renombre y ser lo que en verdad el amor hacía que fuera. Darle el lugar que le pertenece al amor de una vez por todas, darme la oportunidad de luchar por él como fuera y solamente con una pregunta.

-¿La amas?- Armando estaba dándome la espalda y estaba a punto de avanzar para perderse y no volver a verlo más- dijiste que regresarías el tiempo y perderías todo lo que habías ganado solo para no volver a ese hoyo de donde saliste. Está bien sino me quieres contestar, no voy a obligarte porque no voy a forzar una respuesta pero antes de que te vayas quiero que sepas algo Armando- decía con la cabeza fría y el corazón en la mano- los dos años que estuviste lejos de mí y en los que no me atreví a acercarme a ti, te soñaba. Todos y cada uno de los días te soñé. La razón no la sé aunque te seré sincera, algo me faltaba, mi corazón se secaba y mi ánimo estaba en el suelo. Regresé y todo ah empezado a dar vueltas, el reloj volvió a caminar. Algún día cuando te vea en el futuro si es que tengo la oportunidad te lo haré saber. Te haré saber porque en estas tres semanas que hemos vuelto a salir eh vuelto a sonreír. Porque es que eh cambiado, porque ese día en el cine mi razón se enfermó y mi corazón tomó el liderazgo del juego, porque cuando bailamos el sonido del mundo es la base musical para que nuestros corazones, sientan eso que estoy segura, sientes tú.

 Armando estaba llorando, lo sabía por el sonido de su nariz y por la cabeza gacha. Yo seguía mirándolo por detrás y mi corazón estaba sentado, a la expectativa, esperando el inicio del show justo en la primera fila.

-¿Qué soñaste?- me preguntó

-Un bosque.

-¿Que había?

-Estabas tú y…- en ese mismo instante en la cafetería se escuchó el eco de una canción, una canción que recuerdo porque mi corazón, al querer volver todos esos sueños, se tiró a correr: Lost, de Michael Bublé- …y estaba yo.

Armando volteó a verme y descubrí que sus ojos estaban rojos y sus ojos se perdían de un lugar a otro evitando verme directamente.

-Estábamos acostados en el césped de un bosque- dije con tranquilidad. Las lagrimas corrían poco a poco en mis mejillas- buscábamos estrellas fugaces y estábamos por pedir un deseo. Tú hablabas de algo que aún no recuerdo al cien por ciento y yo estaba…tomando tu mano. Lo siento, en realidad no recuerdo todo, pero después de que esperábamos que pasara alguna estrella, justo enfrente de nosotros pudimos ver una que desprendía muchos colores y que atravesaba el cielo. Tú pediste un deseo y yo… pedí el mismo- Armando volteó a verme con pesadez; solo me prestaba atención y miraba mis labios- Después de eso yo…

-¿Cuál fue el deseo?- me preguntó interrumpiendo mi entrada.

No fue fácil hablar, para nada fue fácil decirle las cosas a Armando porque mi corazón se volcaba de un lado para otro y se envolvía en miles de sentimientos encontrados. Después de tomar por 5 veces algo de aire, hablé.

-Era…- el estomago se me empezó a revolver y mis manos empezaban de nuevo a bailar debajo de la mesa- …volver a la primera fila y bailar hasta el final.

No sé si Armando lo hacía voluntariamente o que es lo que pasaba, pero su mirada evitaba a toda costa la mía; y así, cabizbajo, supe que estaba llorando, una escena difícil para mí pero real, verdadera y en cierto grado única. Ese era Armando. Esa persona que ahora estaba frente a mi era el Armando que a cada segundo me entregaba su corazón, un corazón vulnerable, sensible, demasiado cercano a cualquier persona como para conocerlo de manera fácil pero no lo suficiente para amarlo de verdad, no hasta que te das cuenta, como yo ahora, que la única persona que en verdad te entregara todo sin importar un recibo, era él. Un muchacho que no pedía nada a costa de cualquier cosa, un hombre que entregaba lo más valioso sin medir las consecuencias, un amigo que no traicionaría tu corazón porque en verdad sabe lo que es querer a una persona. Una persona, de millones en este mundo…perfecta para mí.

-Y…- le costaba trabajo hablar, mucho pero mucho trabajo-… ¿Qué fue después de eso?

-Lo único que recuerdo que te decía era lo que en ese momento en verdad sentía- mi garganta se tapo y se le hizo un nudo. Mis lagrimas eran la base para lo que estaba a punto de decirle- era que te amaba.

<<Después de eso me besabas- mis palabras resbalaban poco a poco, sin querer apresurarse, sin querer volver a ser rápidas. Las palabras cobran vida cuando las dices de corazón y así lo hice- el cielo se iluminaba debido a que las estrellas nos miraban. Después nos pusimos de pie y me dediqué a escuchar tu corazón y ¿Te digo algo?- en ese instante mi corazón se detuvo como jamás lo había hecho en toda mi vida- fue lo más hermoso que había escuchado hasta ese momento desde el día que nací. >>

<<Aún así después de eso, todo se volvió oscuro. Pudimos ver que en medio del bosque aparecía una bola blanca que desprendía una luz blanca muy fuerte y que poco a poco se hacía más grande>>

<<Yo me acercaba a ti y te pedía que no te fueras a pesar de que quizá esa noche podíamos morir. El miedo nos atrapó pero no fue más fuerte que el fuego que sentía por dentro y que crecía cuando te abrazaba cada vez más fuerte y te pedía que no miraras la luz que desprendía esa bola en el bosque. Tu no lo hacías y podía ver que estabas llorando y…- las últimas notas de mis palabras fueron llenas de la potencia del corazón, el amor-…solo…te escuchaba repetir varias veces “Regresaste, por fin regresaste”>>

<<De repente empezabas a mover tus pies, algo así como si fuera un vals. Yo no entendía lo que hacías hasta que tomabas mi mano y la ajustabas en tu hombro, tu ponías la tuya en mi cintura y a pesar de que el bosque comenzaba a desaparecer, los árboles se hundían por el temblor que estoy segura era debido a la luz blanca que estaba en medio del bosque, y del cielo se empezaban a caer las estrellas, tu me invitabas a bailar>>

<<Como la primera vez ¿Te acuerdas? Me decías. De repente miraba que en tu mano había una piedra de color azul que se empezaba a encender casi como la que estaba en medio del bosque pero la diferencia es que esta misma se abría. Me asusté demasiado y tú también. Al tratar de tirarla no podías y se quedaba pegada en tu mano. No podíamos correr porque tus pies estaban enterrados en el césped y lo único que me pedías con lagrimas en los ojos era “¡Jimena, pase lo que pase no me abandones!”. Lo único que hice fue hacerme para atrás y ver como esa luz comenzaba a poseer toda tu piel. Me dio mucho miedo verte así y de repente…

-Te fuiste- decía Armando seguro de lo que decía.

-No- le respondí con la misma seguridad- Corría de nuevo hacía ti, tomaba tu mano donde estaba esa extraña roca, enlacé mis dedos con los tuyos aunque nos era algo difícil y te decía: Tu deseo se ah cumplido. >>

<<La roca comenzaba a inundar mi piel también y comenzaba la luz a comer todo mi ser pero no me importaba, lo único que quería escuchar hasta el final era tu corazón y sentir el delicado toque de tus labios en los míos>>

<<Te besé, la luz inundó todo hasta que no pudimos ver nuestros rostros y es así como despertaba en mi casa, pensándote de nuevo cada día y preguntándome porque ese extraño sueño, porque esa extraña luz y porque en el sueño te decía todo eso>>

-Si soñabas con eso ¿por qué no regresaste a tiempo?- Armando no podía volver al cien en sí. Su voz se entrecortaba y dejaba espasmos de dolor.

-Por miedo y porque mi razón tapaba lo que mi corazón sentía con el simple hecho de hacerme sentir que te perdería algún día y ese frío que sentía en el pasado, regresaría y no lo podría volver a soportar, me derrumbaría totalmente. Pero Armando, estoy aquí, sujeta al temible juego del amor. Esperando que sus reglas no cambien y el tiempo sea nuestra aliada.

-El tiempo- Armando suspiró y por primera vez me miró a los ojos como si hubiera descubierto algo importante- fue el tiempo.

-¿A que …te refieres?

-Me acabas de hacer recordar algo. Yo tuve el mismo sueño Jimena.

Mis lágrimas comenzaron a disminuir y me sorprendió mucho haber escuchado lo que había dicho Armando. Así que me dediqué a escucharlo y también hice que mi mundo desapareciera para escuchar lo que él tenía que decir.

-Solo que hay muchas cosas diferentes- Armando se limpiaba con una servilleta las lagrimas que escurrían por su mentón- El baile, las palabras y…Tú.

<<En el sueño estaba Clara, no importa las palabras que me decía sino lo que ocurría al final. La luz comenzaba a comer mi piel y ella, al ver que la roca no se desprendía de mi, al verme casi como un monstruo atado al piso, lo único que hizo fue correr y dejarme solo. Atado a lo que sería mi fin.>>

-Pero…- todas las palabras hasta ese momento tenían un peso para los dos- …¿el tiempo?

-La luz y esa roca son el tiempo. Al menos creo que ese sueño tiene algún significado y tiene que ser ese- decía Armando- Al paso del tiempo las palabras pierden fuerza, el presente se vuelve pesado y las cosas cambian, tal como en el sueño. El tiempo puede hacer daño, hacernos ver como realmente somos y estar con la persona que necesitamos a pesar de que este mismo, nos coma la piel.

<<No sé, hasta quizás te podría decir que la luz que estaba en ese bosque que también vi yo, era el tiempo en el que toda la demás gente se mueve, anda, camina de aquí para allá y nuestro tiempo, era esa pequeña roca que sosteníamos en la mano>>

Creo que el significado era exacto y no lo había visto de ese modo. Para iniciar buscábamos una estrella fugaz y un deseo, eso habla de una ilusión, una ilusión que se da cuando recién empezamos una la relación. Después una palabra única en el universo, un “Te amo”, una palabra que abre un horizonte para entrar por completo en el todo de la otra persona. Recuerdo que después de eso escuché su corazón, eso habla de entenderse el uno al otro y escuchar lo que el corazón de cada uno puede decir a pesar de todo. Después el entorno cambiaba, los árboles se movían y todo temblaba debajo de nuestros pies, eso habla de los problemas que tiene que haber en cualquier relación. Un baile, habla de una esperanza que no ah muerto, una esperanza en el pasado que no morirá mientras dos personas aún se amen y la roca que desprendía la luz, el tiempo que vivimos los dos, el tiempo que no podemos detener, pero podemos vivir juntos.

-En el sueño Clara me abandonaba- decía Armando y creo saber lo que quería decir.

-Es algo extraño.

-¿Qué?- me decía Armando haciendo que el ambiente se calmara

-Tener el mismo sueño y…

-Lo sé, tener la solución a todo- me interrumpió tomando aire y relajando los músculos de los brazos.

Nuestras miradas se conectaron un segundo, y descubrí algo que necesitaba saber desde hace tiempo. Después de unos segundos en silencio, no vacile y de nuevo me dirigí a él.

-¿La amas?

-¿Qué quieres saber Jimena? Y ¿Para qué?
Lost de Michael Bublé terminaba y comenzaba una canción que sin duda alguna jamás olvidaré, The Only Exception de Paramore.

-Conozco tu mirada Armando, esa mirada que no te deja mentir. La misma mirada que con sinceridad sabes que es la verdadera y donde no puedes ocultarme nada. Sé cosas que tu tratas de tapar ¿Por qué? Porque me has permitido llegar hasta donde ninguna otra persona ah llegado.

Armando se recargó en la parte trasera de la silla, y soltó un suspiro.

-Espero que alguien repare esto- Saco la carta de su saco y lo dejo de nuevo en medio de la mesa en lo que se preparaba para marchar.

-No, Armando- de inmediato y al saber que él se estaba alistando para dejarme sola, me levanté de mi asiento y fui directamente con él al otro lado de la mesita del café, tomé su mano derecha y levanté su mentón provocando que su mirada se juntara con la mía. Me puse de cuclillas para mirar su rostro y continué- entiende que yo jamás rompí tu carta. Estoy aquí porque de nuevo pude ver tu corazón a través de ella y no pude soportar esa loca idea de estar de nuevo contigo y…

-Está rota…no la puedes reparar- Armando me miró con pocos ánimos y tomo la carta con sus manos.

-Yo se que lo material jamás, pero esto…esto tan maravilloso que me enseñaste y que jamás voy a poder olvidar, si lo puedo hacer. Dame una oportunidad.

-No puedo.

-Mírate Armando, mira tu corazón, estas aquí después de la tormenta y… dime ¿qué te dice mi mirada?

-No puedo Jimena, no puedo- desvió su mirada y las lagrimas trastocaron sus pómulos.

-¡Armando mírame!

-No Jimena, no puedo volver a hacerlo. No puedo…

-¿Por qué no?

-Porque de nuevo pasara lo que eh temido- decía con su voz agriada.

-¿Qué pasará? Dime ¿Qué va a pasar que no podamos convertir en algo bueno para los dos?

-Esto…- me miró a los ojos y lo volví a ver. Después de 2 años enteros llenos de dudas, dolor, sueños perdidos, caminos distintos, risas olvidadas, miradas perdidas y noches sin esperanza, regresó él. Regresó de nuevo Armando, regresó de nuevo la mirada de aquel muchacho que daría todo por mí sin importar nada, regresó el muchacho de ojos cafés y de mirada directa, atrapante, sofocante. Debido a eso sentí que se abría una puerta a un mundo desconocido que antes, cuando salíamos sin importarme su corazón, no había experimentado. Una puerta que me llevaría hacia algún lugar, no se a donde no se con que motivo. No esperé a nada y me dirigí a ese mundo donde vivía él, donde su mirada reflejaba una sola cosa, donde sabía que aún estaba yo y el aún me amaba a pesar del temible enemigo llamado tiempo.

Me dirigí al centro de su corazón.

-No Jimena, a ella no la amo- toco mis mejillas con la lúnula de su dedo índice. Amé su mirada y su rostro cálido, jamás lo había visto así.

Una mariposa se posó sobre mi hombro, Armando la vio y sonrió. Yo, perdiéndome en su acción, hice lo mismo.

Creo, a mi parecer, que ese fue el beso que nos debimos dar desde la primera vez que lo vi. Ese beso que provoca reacciones secundarias como un hormigueo en el estomago que sube hasta tu pecho y encuentra su guarida. Después un tambaleo de pies y un mareo que te obliga a olvidar todo tu entorno y tu seguridad para arriesgar tu vida a una nueva aventura, una aventura en la que no quieres saber el final, una aventura única, una aventura donde tienes que estar sentado en La Primera Fila.


CONTINUARÁ...

sábado, 18 de mayo de 2013

La Primera Fila 3ra Parte. El Último Vals. (Capítulo 4 - CLARA)

                                                                     Capitulo 4
                                                                        CLARA

 

3 SEMANAS DESPUES

 
Facebook : “Nuevo Mensaje de  Nataly Vera.  Lunes ,17:30 hrs”
 
Interesante, veámoslo.

-¿Clara?... ¿Clara, estas ahí amiga? Espero te conectes pronto, es algo urgente pero nada preocupante. Cuídate.

-¡Hola amigota! ¿Como estas?  “Mensaje enviado. Lunes, 20:00 hrs” 

-Hola hola amigota, pues eh…bien, pero quiero saber antes ¿Cómo estas tu? 

- Muy bien, ¡muy feliz!, bueno, yo diría que ¡demasiadisimo! 

-Ah ok, entonces ¿Todo bien? 

-Si si claro, todo a la perfección. ¿Por qué la pregunta Nataly? 

-No bueno…solo era una simple pregunta… 

-Oye, leí tu mensaje y me pusiste algo de “URGENTE” y me preocupa eso ¿todo bien contigo? 

-Si bueno tú sabes… 

-Nataly creo saber que sucede.

-No, supones mal…

-Es un nuevo galán ¿no?... ¡yeah! Me daría mucho gusto verte casi como estoy yo, porque (no lo tomes a mal) soy la chica más feliz del mundo (y eso, sin exagerar) jajá.

-Ah ¿sí? Creo que lo supongo por tu estado de face, pero…bueno…yo creo saber porque es Clarita.

-Jajá, espero que tus suposiciones sean correctas. Haber, escríbelo Nataly 

-Ok ok, jajá…bueno…a decir verdad creo que solo con el simple hecho de escribir a Pablo Neruda y dedicárselo a un tal “A” basta para suponer mil cosas. 

-Emm...jajá, ok y entrando en la terrible esfera del “supongando” jajá ¿A qué te refieres con todo eso? 

-Poema dedicado a una persona “A” y aparte…como te veo casi todo el tiempo con mi amigo del alma, con Armando, supongo que pues… 

-…Nataly ¿Te gustan los Beatles cierto? 

-Ok, ósea…genial, desvíame la pregunta ¿eh? Por supuesto que me encantan pero, ya, dime la neta… ¿Qué onda? 

-Es un buen muchacho Nataly, es…así. 

-¿Así de simple? ¿Es solo un “buen muchacho”? 

-…buena onda, simpático… 

-Ajá… 

-…guapo… 

-si ok, vas bien Clarita.

-Jajá, a que te refieres con ¿“vas bien”? 

-Que continúes. 

-mm… que seria. Es difícil amigaza pero… 

-Digo, no es que necesite saberlo tampoco, no te veas presionada Clara. 

-Ok, ya no puedo ocultarlo y te voy a pedir por favor, por lo que más quieras, que no se lo cuentes a nadie, promételo Naty. 

-Por algo soy tu amiga,  no dudes de mi porque yo jamás traicionaría tu confianza, no soy de esas personas.

 -Bien...Armando y yo… 

…somos novios. 

-…Ok, bien… 

-bueno, al menos felicítame ¿no? 

-Clara, no es que a mí no me dé gusto que estés feliz o que yo esté en contra de que alguien más te haga feliz, sabes que mi intención desde que te conozco a sido que encuentres a quien de verdad te quiera sobre cualquier cosa amiga. 

-Sí, yo lo sé, y más con tantas y tantas cosas que me han pasado en esos temitas .La neta sentía que no habría salida jamás de los jamases y ahora veme Nataly, me siento así como en una esfera enorme de paz, me siento satisfecha porque él es sincero conmigo y sé que vamos por muy buen camino.  

-Ok, eso me parece bien. ¿Cuántos meses llevan? 

-¡5 Mesecitos apenas! 

-Eso está bien, y ¿Cómo te has sentido tú? ¿Cómo van? ¿Cómo se siente él? 

-Yo me eh sentido como en las nubes. Es súper detallista, me encanta todo lo que él hace por mí y cuando lo hace sin avisarme. El es tan…sorpresivo, tan lindo. Aunque sea una simple paletita, para mí es un gran detalle, un detalle lindo y único; vaya, especial. Estoy sintiendo algo muy bonito Naty, me siento plena y muy muy muy feliz.  

-Oh…eh…ok, eso está… bien. Supongo que se han visto recientemente.   

-Pues que te crees que ahorita no lo eh visto desde hace 3 semanas, el ah estado muy ocupado y prefiero que haga sus deberes antes de que pase cualquier otra cosa. 

-Bueno, yo de hecho ya no los eh visto mucho tiempo juntos en la escuela y pues, 3 semanas ya es mucho tiempo. 

-Ya lo creo. Lo extraño mucho Naty, a veces le llamo por teléfono solo unos minutos porque él tiene demasiadas cosas que hacer, seminarios, exámenes, etc., y por supuesto que no le quiero ser molesta en ese aspecto. 

-Bueno…está bien Clara. 

-…oye ¿Qué pasa? 

-mmm… ¿Por qué?

-Te noto demasiado rara, somos amigas desde hace mucho Nataly y me preocupa que estés así, no me dejas tranquila, ya mínimo dime para ayudarte en lo que sea posible amiga, creo que podría hacer algo por ti fuera lo que fuera 

-El problema es que no es por mí, digamos que no es un problema personal aunque si me deja fuera de juego todo eso. 

-¿No es por ti? 

-No 

-Ah Caray ¿Entonces? 

-Dime una cosa Clarita 

-¡Claro claro! Tú pregúntame lo que quieras mi Naty. 

-¿Porque nadie sabe que Armando y tú ya son novios? 

-Jajá. Sabía que algún día alguien como tú lo preguntaría, ¡Siempre tan quisquillosa como una ardilla! (beso). Pues básicamente es por la seguridad de la relación y aún más por la seguridad de Armando. Bueno, está de más decirte y contarte todo lo que pasó con ya sabes quien. Lamento hacer ese comentario mi Naty pero de verdad siempre lo trató como si fuera un objeto.

Perdóna los comentarios, se que igual es tu mejor amiga pero sea como fuera el caso no debes herir a nadie, nadie se lo merece en este mundo y menos alguien tan único como Armando ¿No crees?

El me pidió que fuéramos prudentes y que poco a poco se lo demos a entender a la gente. Es una buena idea para mí mientras él este seguro.

-Bueno, yo ya me sé toda la historia de mi amiga, de Jimena, pero ¿No crees que sería mejor que lo supieran todos? Al menos ocultar algo cae en no darle libertad a sus sentimientos y al menos un noviazgo no es para secretear algo sino hasta para presumirlo. No sé, no me quiero meter demasiado pero…bueno… 

-Yo me pongo en el lugar de Armando y entiendo que aún hay algo de inseguridad en decirle a la gente todo Naty. 

-Y ¿te sientes bien así? 

-Al principio fue difícil pero creo que estamos caminando juntos y eso es lo que vale en verdad la pena Natyta. 

-pero bueno y… ¿qué era lo urgente? 

-Ah no…pues, vaya, nada nada…creo que ya me voy. 

-Te conozco, neta dímelo. Haces que piense que no confías en mi y bueno…no te juzgo, entre la amistad que tienes con Jimena y la amistad que hemos tenido hay un abismo de confianza que creo tu sabes evaluar y que pues.. 

-No es que no confíe en ti Clarita, pero sé que… entre Armando y tú todo va bien, no quiero entrometerme, no pasa nada. 

-¿Armando y yo? ¿Ese es el tema? se trata de nosotros dos ¿verdad? 

VISTO 08:36 PM 

-¿Nataly? 

NATALY VERA SE AH DESCONECTADO. 

>>NATALY 

No lo hubiera dicho. Bueno, de hecho mi plan no era mencionar si quiera el nombre de Armando pero creo que no es necesario ocultar lo que ya es obvio. Aunque me duele y bueno al menos lo correcto no es dejar las cosas así y dejar pasar el tiempo ¿no? O bueno, no se. Los quiero demasiado pero...¿porque Armando? ¿Porque? 

De inmediato saqué el celular y no pude evitar ver en mi directorio el nombre de Armando, era justo el primero de la eterna lista y surgió la ávida sensación de la tentación y junto con ellas miles de millones de interrogantes en mi cabeza. 

¿Clara y Armando? Digo, era obvio verlos muy juntos siempre pero ¿Porque jamás me lo menciono Armando? ¿Por qué no le importó demasiado que alguien al menos lo encubriera en su relación?  ¿Por qué encubrir algo que puede ser horripilante mente hermoso? Y aún mas que todas esas preguntas que desde luego quedan en segundo término, ¿Por qué le miente a Clara y sale ahora con …

No, definitivamente no quiero convertirme en una recicladora de basura. Soy amiga de los tres pero no estoy aquí para financiar la confianza, el cariño y el aprecio que hemos desarrollado juntos; bueno, al menos en  el caso de Armando...vaya...simplemente no lo puedo creer. 

Ni hablar, tengo que ser leal a cada uno de ellos. Tomaré el celular. 

>>JIMENA

Rinn...Rinn...

-¿Hola? 

-Hola Jim ¿Como estas?- el celular por poco se me caía de las manos al ver el nombre de mi mejor amiga en la pantalla del móvil.  

-...pues, que te cuento- respondí ante el tono de voz tranquilo y pausado de mi entrañable amiga Nataly- no puedo dejar de pensar en todas las cosas que han pasado, es simplemente como si estuviera en un sueño y no pudiera despertar. Es más amiga, ni quiero despertar - le conteste con sinceridad cautivada por la importancia de que Naty entendiera todo- ayer fue, algo excepcional. 

-Ok y aún se ven en... 

-El Parque Hundido- le interrumpí sin querer. 

-¿Ya cuánto va?- me preguntó y noté algo raro en su voz, casi como si presionara algo con sus notas vocales en el teléfono 

-3 semanas pero y...-le contesté frunciendo el ceño por la pausa en su voz- ...algo tienes ¿verdad? 

-Si, no lo voy a negar, no te voy a negar nada- titubeo- creo que...necesito saber algo. 

-¿Es importante?- no quería darle más vueltas al asunto- y lo sea o no, dímelo. 

La confianza entre Naty y yo no era cuestión de evaluación, yo sabía cosas que ella jamás le había dicho a alguien y ella sabía las mías, y si esto que tenía que decirme era importante sé que no lo ocultaría, aunque con solo escucharla algo me estaba oliendo mal, su voz era muy áspera y hasta hacía que mi estomago se retorciera sin compasión. 

-sí, sí lo es pero necesito saber...algo- mi estomago retumbó y comencé a sentir nervios, demasiados nervios.

-¿De qué Naty? - mi voz se entrecortó. 

-Nos vemos a las 5 en el Edén ¿ok?- respondió sin darme el beneficio de la hora. 

-...sí, pero necesito sinceridad. No sé qué es lo que pase pero te notó muy rara- argumenté- aún así nos vemos a esa hora. 

-Ah- respondió con un leve grito casi como si no hubiera escuchado lo anterior- necesito que lleves algo. 

-¿Algo? 

-Si, ¿recuerdas que me contaste de una carta que te dio él?- Su voz era autoritaria, ya no era la misma Naty de siempre, algo le había pasado y algo había cambiado y de paso a mi me sorprendió su petición. << ¿La carta? ¿Para qué quiere Nataly la carta?>> pensé sin decirlo a través del auricular.  

Todo eso era demasiado serio y me inquietaba ya que Nataly no era seria, bueno al menos nunca lo había sido conmigo. Era la clásica niña linda de sonrisa amplía, cabello castaño oscuro y dientes grandes,  por no mencionar su bonito cuerpo; justo lo que cualquiera pediría y bueno, al menos esa sonrisa era una ganancia para ella, pero ahora, justo en estos momentos ella era la irreconocible Nataly seria, rara e inquieta. 

Algo estaba pasando y creo que Armando tenía que ver en todo esto, era obvio que si me pedía la carta que aún guardaba debajo del pequeño buzón de mi tocador, Armando sería un tema del que íbamos a hablar justo en esa tarde y debido a eso mi estomago bramó y mis nervios se empezaron a colapsar. 

-Eh si...aún la tengo- respondí después de un segundo de silencio. 

-De acuerdo porque la necesito. Necesito esa carta y tu sinceridad urgentemente.
 
--

Desde la primera vez que entré a la escuela de medicina después de mi cambió de carrera de ingeniería, me enamoré de los jardines que bordeaban a lo largo y a lo ancho de todos y cada uno de los edificios de la facultad.  

A pesar de que a veces olía demasiado a naftalina después de los laboratorios de fisiología, el edificio “A” era un lugar demasiado lindo como para querer ir a dar un paseo por las tardes de lluvia. Ahí mismo se encontraba lo que solían llamar todos los estudiantes como “El Edén”, que era ni más ni menos que la hermosa cafetería de la escuela de medicina. Digo hermosa porque tenía un aíre demasiado romántico y puro, y desde luego que, añádanle algo de lluvia y un rico café de Oaxaca que preparaban ahí, bueno vaya, lo único que me hacía falta era una buena compañía y era justo lo que en ese momento veía venir.  

Con sus jeans rotos y sus converse que desajustaban con mi vestido color azul acuoso, Nataly caminaba algo desorientada y con su morral de esos atiborrados de miles de colores, de esas bolsas-morral hippies que tienes que ver por curiosidad a como dé lugar.
 
A pesar de los nervios que tenía desde la mañana que platique con ella, reí por su parecido al colibrí. Era de verdad muy muy gracioso. 

Pensé que lo primero que haría sería saludarme con un beso tronado en la mejilla y un abrazo apretujado como siempre lo hacía, pero esta vez todo fue muy diferente. 

-Hola Jimena – desde luego que el decir mi nombre completo significaba un asunto serio. 

-Hola Naty- yo logré volver a una seriedad crepuscular y meditativa.  

-¿La trajiste?- de sentón se acomodó en la silla que estaba enfrente de mí en una de las mesas de Edén y extendió su mano para que yo depositara algo en ella. 

-Primero dime ¿Qué pasa?- la pregunta no fue demasiado acentuada sino normal, seca. 

-Necesito saber que dice la carta Jimena, te lo diré todo, confía en mí. Solo necesito saber algunas cosas - los dedos de su mano que me veían se encogían y se estiraban dándome a entender que la carta era la puerta hacía lo que quizás Nataly llamaría La Verdad, pero La verdad ¿De qué? 

De mi bolso saqué un sobre color morado. No tenía remitente ni destinatario. De hecho el día que Nataly me dio la carta y supe que era de Armando, esperaba que esta tuviera algo nuevo, creativo, tal como alguna ocasión en la que él me regaló una rosa echa de las hojas de mí libro preferido “Romeo y Julieta”, pero esta ocasión solo era un sobre simple aunque la importancia estaba en las palabras, en sus letras y en todo lo que sentía de verdad su corazón. 

-Es por tú bien, por tu único bien Jimy- su voz se volvió algo compasiva y lenta, miré a los ojos a mi amiga y deposité la carta en sus manos. 

Conforme abría el sobre recordé aquella noche en la que había ocurrido todo. Esa noche en la que me di cuenta que tenía que estar con Armando y necesitaba de su abrazo. Mi amiga abrió la carta, de inmediato y vi que su mirada se fijó por un momento en el conejo que Armando había dibujado para mí y solo me limité a reír ante el suceso y supuse que Nataly lo haría también pero eso no pasó, a cambio solo forzó una mueca y comenzó a leer.  

Conforme avanzaba la lectura y el tiempo se deslizaba en nuestra mesa del café, mi estado de ánimo cambiaba, ¿la razón?, cada que Nataly leía algo en la carta que tuviera algún motivo bueno o que estuviera lleno de lo que yo creía era sinceridad, ella negaba frenéticamente con la cabeza y se ponía cada vez más seria y hasta yo pude notar que su mandíbula se tensaba, casi como si tuviera un hueso de durazno que no pudiera romper con los dientes. No sé si estaba roja, pero definitivamente algo estaba mal en ella. 

-…una luna- decía Nataly sin apartar la vista de la carta, trague saliva y tomé mi vaso de café- ¿Que pasó después Jimena? 

-¿Después de qué? 

-Después de que regresó. Después de que le dijiste lo que sentías aquel día en el Parque Hundido.

-Oye ¿Qué onda con tu interrogatorio? ¿Ya dime no?- me molesté, era algo muy personal y obviamente ya le había contado parte de lo que había pasado en el Parque Hundido, pero contarle la parte faltante, lo que es mío y…de él, creo que no- No lo haré Nataly ¡No lo voy a hacer! – negué con la cabeza y le pedí la carta tal como ella lo había hecho antes, le extendí la mano. 

-Jimena por favor escúchame- en lugar de recibir la carta recibí su mano- se cosas que tú aún no sabes de esto – con la mano desocupada levantó la carta y me la enseñó justo por arriba de su hombro- necesitas saber algo y necesitas ver la verdad, pero antes de todo eso que estoy dispuesta a contarte necesito saber todo eso. Necesito que me digas que pasó ese día y también lo que pensó tu corazón. Todo lo que te diré es por tu bien, por tu único bien.

Vaya, ¿Nataly me prometía una oferta donde yo sería ganadora? Mi corazón empezó a exhalar e inhalar demasiado a prisa y presentí un impulso de querer saber lo que ella ocultaba, algo me empujaba a decirle toda la verdad aunque sabía que mis sentimientos se empezarían a encontrar y crearían una bomba de tiempo en la que la razón empezaría a actuar sin impedimento. Ok, si quiero saber la verdad que siento, esta en los labios de Nataly, tengo que ser reciproca y comenzar con la verdad, tenía que empezar por el paso numero uno. 

-Ok. Cuando termine me dirás toda la verdad, absolutamente todo- comprometí a Nataly que me miraba segura de lo que estaba planeando.                                                                                  

 -Sin duda.

Paso número dos, recordar y volver a estar perdida en sus ojos. 

-La lluvia nos amotinó sin que Armando ni yo pensáramos hacerlo. Era casi como si todo el ambiente estuviera físicamente en nuestra contra pero nuestros corazones estuvieran mirándose de nuevo, frente a frente, y la lluvia fuera alguna especie de fuegos artificiales preparados para nuestro reencuentro. 

<<justo en medio del parque y cuando estaba empezando a explicarle todo, sentí que la mirada de Armando se perdía en mi mirada y que su voluntad parecía perdida en el espacio. Casi como si alguien estuviera manipulando su mente. A pesar de ello yo continué explicándole todo. Lo que habíamos vivido en el pasado desde la primera vez que bailamos, la primera cita, lo que me parecía que él pensaba respecto de mi y la verdad de lo que él siempre quiso saber que ocurría en mi interior. Lo de mi padre. La manera en la que no quería dejarlo ir y perderlo, la manera en la que no quería volver a ese pasado de donde él me había ayudado a salir casi sin darse cuenta. La noche en la que leí la carta, la noche en la que mi corazón supo la verdad de todo y en la que mi razón mostró la bandera de la paz para mantenerse aliada al corazón>> 

<<Poco a poco mi corazón encendía en un ardor incesable y ya no lo aguantaba, quería decírselo y quería volver a sonreír por su causa, por saber que él estaba ahí y que lo único que me restaba por hacer era abrazarlo y estar ahí por toda la vida. Después de ello y sin limitarme en hablar, le hice recordar aquellas las veces que salíamos como amigos y las veces en las que él me besaba sin que yo le diera una importancia a ello>> 

<<Sentí que por esas palabras Armando regresaba al Parque, ósea que volvía en razón. Me atreví a acercarme a él solo un poco para que notara mi cara entre las gotas de lluvia, también para que escuchara mi voz a pesar de los truenos y lo único que restaba por decirle era que lo amaba>> 

Silencio. Nataly estaba petrificada y yo solo contuve mi respiración un segundo. Después de 20 eternos segundos Nataly despertó de su ensueño.

-Así que…eso es lo que en verdad sientes. 

-…Nataly, tu sabes todo. Sabes que sí, que en realidad lo amo. 

-¿Que pasó después?- me preguntó Nataly y de inmediato supe a donde quería terminar con su pregunta. <<Prometí decirle la verdad a mi amiga y eso pienso hacer>> pensé aunque a pesar de todo ello, no podía dejar de sentir la supurante interrogante de lo que Nataly encerraba en su boca. 

-Jimena…te volvió a besar ¿cierto? 

-No – respondí con sinceridad- Yo lo besé. 

Nataly se acomodó erguida en la silla dejando la carta en medio de la mesa y tomando aire en lo que se tallaba la cara. Algo pasaba. Era tiempo de saber porque tanto teatro. 

-Ya no lo puedo soportar más Jimena- carraspeo- tienes que saber que Armando no está siendo sincero del todo contigo. Sí, yo sé que han salido en los últimos días, pero al menos no me gusta que no te cuente todo de él y de… 

-¿Necesito saber algo de Armando más importante que saber que aún me ama?- deje que mi boca se conectara a mi corazón 

-No lo sabes Jimena, no te engañes. No te lo ah dicho. 

-Pero lo siento aún en sus ojos aún lo veo en su mirada y en su forma de hablar- comenté cambiando el tono de voz, siendo agresiva y más directa- no puedes decirme que no me ama porque… 

-¡Ya!- Nataly intentaba interrumpirme pero no lo permití, mi defensa era buena- Jimena… 

-…porque estaría mintiéndole a mi corazón y él jamás lo ah hecho, jamás ah mentido y menos sintiendo lo mismo que siento yo.  No mientas tú, ¿Que es lo que te ocu… 

-¿Conoces a Shanai?....  

-¡¿Qué es lo que te ocurre Nataly?!- no quería limitarme, era hora de defender mi posición. 

-¡Jimena por favor escúchame!- gritaba haciéndome callar- ¿Conoces a Clara Shanai? 

-¡Por Dios Nataly! ¿Qué tiene que ver Shanai en todo esto?- la taza de café que estaba adormecida en la mesa estaba bailando debido a que estaba en medio del campo de batalla. 

Del puro nombre recordé a una chica de tez blanca, muy güera y de ojos color azul ambar. La misma chica que conocí algún día en la escuela de ingeniería en alguna de las fiestas a las que solíamos asistir. 

-Jimena solo quiero que me escuches- Decía Nataly pero no ayudaba en nada al verla ahora como una amiga queriendo superponer su idea. 

-¡No Nataly escúchame tú! Es que no entiendo como Shana…- Nataly me interrumpió 

-Arturo tiene un compromiso, una novia y…- contuvo la respiración, me miró a los ojos, la escuché con atención y mi corazón se detuvo-… se llama Clara.

Silencio 

-Jimena- decía Nataly- Tu corazón está en juego.
 
CONTINUARÁ...

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