sábado, 18 de mayo de 2013

La Primera Fila 3ra Parte. El Último Vals. (Capítulo 4 - CLARA)

                                                                     Capitulo 4
                                                                        CLARA

 

3 SEMANAS DESPUES

 
Facebook : “Nuevo Mensaje de  Nataly Vera.  Lunes ,17:30 hrs”
 
Interesante, veámoslo.

-¿Clara?... ¿Clara, estas ahí amiga? Espero te conectes pronto, es algo urgente pero nada preocupante. Cuídate.

-¡Hola amigota! ¿Como estas?  “Mensaje enviado. Lunes, 20:00 hrs” 

-Hola hola amigota, pues eh…bien, pero quiero saber antes ¿Cómo estas tu? 

- Muy bien, ¡muy feliz!, bueno, yo diría que ¡demasiadisimo! 

-Ah ok, entonces ¿Todo bien? 

-Si si claro, todo a la perfección. ¿Por qué la pregunta Nataly? 

-No bueno…solo era una simple pregunta… 

-Oye, leí tu mensaje y me pusiste algo de “URGENTE” y me preocupa eso ¿todo bien contigo? 

-Si bueno tú sabes… 

-Nataly creo saber que sucede.

-No, supones mal…

-Es un nuevo galán ¿no?... ¡yeah! Me daría mucho gusto verte casi como estoy yo, porque (no lo tomes a mal) soy la chica más feliz del mundo (y eso, sin exagerar) jajá.

-Ah ¿sí? Creo que lo supongo por tu estado de face, pero…bueno…yo creo saber porque es Clarita.

-Jajá, espero que tus suposiciones sean correctas. Haber, escríbelo Nataly 

-Ok ok, jajá…bueno…a decir verdad creo que solo con el simple hecho de escribir a Pablo Neruda y dedicárselo a un tal “A” basta para suponer mil cosas. 

-Emm...jajá, ok y entrando en la terrible esfera del “supongando” jajá ¿A qué te refieres con todo eso? 

-Poema dedicado a una persona “A” y aparte…como te veo casi todo el tiempo con mi amigo del alma, con Armando, supongo que pues… 

-…Nataly ¿Te gustan los Beatles cierto? 

-Ok, ósea…genial, desvíame la pregunta ¿eh? Por supuesto que me encantan pero, ya, dime la neta… ¿Qué onda? 

-Es un buen muchacho Nataly, es…así. 

-¿Así de simple? ¿Es solo un “buen muchacho”? 

-…buena onda, simpático… 

-Ajá… 

-…guapo… 

-si ok, vas bien Clarita.

-Jajá, a que te refieres con ¿“vas bien”? 

-Que continúes. 

-mm… que seria. Es difícil amigaza pero… 

-Digo, no es que necesite saberlo tampoco, no te veas presionada Clara. 

-Ok, ya no puedo ocultarlo y te voy a pedir por favor, por lo que más quieras, que no se lo cuentes a nadie, promételo Naty. 

-Por algo soy tu amiga,  no dudes de mi porque yo jamás traicionaría tu confianza, no soy de esas personas.

 -Bien...Armando y yo… 

…somos novios. 

-…Ok, bien… 

-bueno, al menos felicítame ¿no? 

-Clara, no es que a mí no me dé gusto que estés feliz o que yo esté en contra de que alguien más te haga feliz, sabes que mi intención desde que te conozco a sido que encuentres a quien de verdad te quiera sobre cualquier cosa amiga. 

-Sí, yo lo sé, y más con tantas y tantas cosas que me han pasado en esos temitas .La neta sentía que no habría salida jamás de los jamases y ahora veme Nataly, me siento así como en una esfera enorme de paz, me siento satisfecha porque él es sincero conmigo y sé que vamos por muy buen camino.  

-Ok, eso me parece bien. ¿Cuántos meses llevan? 

-¡5 Mesecitos apenas! 

-Eso está bien, y ¿Cómo te has sentido tú? ¿Cómo van? ¿Cómo se siente él? 

-Yo me eh sentido como en las nubes. Es súper detallista, me encanta todo lo que él hace por mí y cuando lo hace sin avisarme. El es tan…sorpresivo, tan lindo. Aunque sea una simple paletita, para mí es un gran detalle, un detalle lindo y único; vaya, especial. Estoy sintiendo algo muy bonito Naty, me siento plena y muy muy muy feliz.  

-Oh…eh…ok, eso está… bien. Supongo que se han visto recientemente.   

-Pues que te crees que ahorita no lo eh visto desde hace 3 semanas, el ah estado muy ocupado y prefiero que haga sus deberes antes de que pase cualquier otra cosa. 

-Bueno, yo de hecho ya no los eh visto mucho tiempo juntos en la escuela y pues, 3 semanas ya es mucho tiempo. 

-Ya lo creo. Lo extraño mucho Naty, a veces le llamo por teléfono solo unos minutos porque él tiene demasiadas cosas que hacer, seminarios, exámenes, etc., y por supuesto que no le quiero ser molesta en ese aspecto. 

-Bueno…está bien Clara. 

-…oye ¿Qué pasa? 

-mmm… ¿Por qué?

-Te noto demasiado rara, somos amigas desde hace mucho Nataly y me preocupa que estés así, no me dejas tranquila, ya mínimo dime para ayudarte en lo que sea posible amiga, creo que podría hacer algo por ti fuera lo que fuera 

-El problema es que no es por mí, digamos que no es un problema personal aunque si me deja fuera de juego todo eso. 

-¿No es por ti? 

-No 

-Ah Caray ¿Entonces? 

-Dime una cosa Clarita 

-¡Claro claro! Tú pregúntame lo que quieras mi Naty. 

-¿Porque nadie sabe que Armando y tú ya son novios? 

-Jajá. Sabía que algún día alguien como tú lo preguntaría, ¡Siempre tan quisquillosa como una ardilla! (beso). Pues básicamente es por la seguridad de la relación y aún más por la seguridad de Armando. Bueno, está de más decirte y contarte todo lo que pasó con ya sabes quien. Lamento hacer ese comentario mi Naty pero de verdad siempre lo trató como si fuera un objeto.

Perdóna los comentarios, se que igual es tu mejor amiga pero sea como fuera el caso no debes herir a nadie, nadie se lo merece en este mundo y menos alguien tan único como Armando ¿No crees?

El me pidió que fuéramos prudentes y que poco a poco se lo demos a entender a la gente. Es una buena idea para mí mientras él este seguro.

-Bueno, yo ya me sé toda la historia de mi amiga, de Jimena, pero ¿No crees que sería mejor que lo supieran todos? Al menos ocultar algo cae en no darle libertad a sus sentimientos y al menos un noviazgo no es para secretear algo sino hasta para presumirlo. No sé, no me quiero meter demasiado pero…bueno… 

-Yo me pongo en el lugar de Armando y entiendo que aún hay algo de inseguridad en decirle a la gente todo Naty. 

-Y ¿te sientes bien así? 

-Al principio fue difícil pero creo que estamos caminando juntos y eso es lo que vale en verdad la pena Natyta. 

-pero bueno y… ¿qué era lo urgente? 

-Ah no…pues, vaya, nada nada…creo que ya me voy. 

-Te conozco, neta dímelo. Haces que piense que no confías en mi y bueno…no te juzgo, entre la amistad que tienes con Jimena y la amistad que hemos tenido hay un abismo de confianza que creo tu sabes evaluar y que pues.. 

-No es que no confíe en ti Clarita, pero sé que… entre Armando y tú todo va bien, no quiero entrometerme, no pasa nada. 

-¿Armando y yo? ¿Ese es el tema? se trata de nosotros dos ¿verdad? 

VISTO 08:36 PM 

-¿Nataly? 

NATALY VERA SE AH DESCONECTADO. 

>>NATALY 

No lo hubiera dicho. Bueno, de hecho mi plan no era mencionar si quiera el nombre de Armando pero creo que no es necesario ocultar lo que ya es obvio. Aunque me duele y bueno al menos lo correcto no es dejar las cosas así y dejar pasar el tiempo ¿no? O bueno, no se. Los quiero demasiado pero...¿porque Armando? ¿Porque? 

De inmediato saqué el celular y no pude evitar ver en mi directorio el nombre de Armando, era justo el primero de la eterna lista y surgió la ávida sensación de la tentación y junto con ellas miles de millones de interrogantes en mi cabeza. 

¿Clara y Armando? Digo, era obvio verlos muy juntos siempre pero ¿Porque jamás me lo menciono Armando? ¿Por qué no le importó demasiado que alguien al menos lo encubriera en su relación?  ¿Por qué encubrir algo que puede ser horripilante mente hermoso? Y aún mas que todas esas preguntas que desde luego quedan en segundo término, ¿Por qué le miente a Clara y sale ahora con …

No, definitivamente no quiero convertirme en una recicladora de basura. Soy amiga de los tres pero no estoy aquí para financiar la confianza, el cariño y el aprecio que hemos desarrollado juntos; bueno, al menos en  el caso de Armando...vaya...simplemente no lo puedo creer. 

Ni hablar, tengo que ser leal a cada uno de ellos. Tomaré el celular. 

>>JIMENA

Rinn...Rinn...

-¿Hola? 

-Hola Jim ¿Como estas?- el celular por poco se me caía de las manos al ver el nombre de mi mejor amiga en la pantalla del móvil.  

-...pues, que te cuento- respondí ante el tono de voz tranquilo y pausado de mi entrañable amiga Nataly- no puedo dejar de pensar en todas las cosas que han pasado, es simplemente como si estuviera en un sueño y no pudiera despertar. Es más amiga, ni quiero despertar - le conteste con sinceridad cautivada por la importancia de que Naty entendiera todo- ayer fue, algo excepcional. 

-Ok y aún se ven en... 

-El Parque Hundido- le interrumpí sin querer. 

-¿Ya cuánto va?- me preguntó y noté algo raro en su voz, casi como si presionara algo con sus notas vocales en el teléfono 

-3 semanas pero y...-le contesté frunciendo el ceño por la pausa en su voz- ...algo tienes ¿verdad? 

-Si, no lo voy a negar, no te voy a negar nada- titubeo- creo que...necesito saber algo. 

-¿Es importante?- no quería darle más vueltas al asunto- y lo sea o no, dímelo. 

La confianza entre Naty y yo no era cuestión de evaluación, yo sabía cosas que ella jamás le había dicho a alguien y ella sabía las mías, y si esto que tenía que decirme era importante sé que no lo ocultaría, aunque con solo escucharla algo me estaba oliendo mal, su voz era muy áspera y hasta hacía que mi estomago se retorciera sin compasión. 

-sí, sí lo es pero necesito saber...algo- mi estomago retumbó y comencé a sentir nervios, demasiados nervios.

-¿De qué Naty? - mi voz se entrecortó. 

-Nos vemos a las 5 en el Edén ¿ok?- respondió sin darme el beneficio de la hora. 

-...sí, pero necesito sinceridad. No sé qué es lo que pase pero te notó muy rara- argumenté- aún así nos vemos a esa hora. 

-Ah- respondió con un leve grito casi como si no hubiera escuchado lo anterior- necesito que lleves algo. 

-¿Algo? 

-Si, ¿recuerdas que me contaste de una carta que te dio él?- Su voz era autoritaria, ya no era la misma Naty de siempre, algo le había pasado y algo había cambiado y de paso a mi me sorprendió su petición. << ¿La carta? ¿Para qué quiere Nataly la carta?>> pensé sin decirlo a través del auricular.  

Todo eso era demasiado serio y me inquietaba ya que Nataly no era seria, bueno al menos nunca lo había sido conmigo. Era la clásica niña linda de sonrisa amplía, cabello castaño oscuro y dientes grandes,  por no mencionar su bonito cuerpo; justo lo que cualquiera pediría y bueno, al menos esa sonrisa era una ganancia para ella, pero ahora, justo en estos momentos ella era la irreconocible Nataly seria, rara e inquieta. 

Algo estaba pasando y creo que Armando tenía que ver en todo esto, era obvio que si me pedía la carta que aún guardaba debajo del pequeño buzón de mi tocador, Armando sería un tema del que íbamos a hablar justo en esa tarde y debido a eso mi estomago bramó y mis nervios se empezaron a colapsar. 

-Eh si...aún la tengo- respondí después de un segundo de silencio. 

-De acuerdo porque la necesito. Necesito esa carta y tu sinceridad urgentemente.
 
--

Desde la primera vez que entré a la escuela de medicina después de mi cambió de carrera de ingeniería, me enamoré de los jardines que bordeaban a lo largo y a lo ancho de todos y cada uno de los edificios de la facultad.  

A pesar de que a veces olía demasiado a naftalina después de los laboratorios de fisiología, el edificio “A” era un lugar demasiado lindo como para querer ir a dar un paseo por las tardes de lluvia. Ahí mismo se encontraba lo que solían llamar todos los estudiantes como “El Edén”, que era ni más ni menos que la hermosa cafetería de la escuela de medicina. Digo hermosa porque tenía un aíre demasiado romántico y puro, y desde luego que, añádanle algo de lluvia y un rico café de Oaxaca que preparaban ahí, bueno vaya, lo único que me hacía falta era una buena compañía y era justo lo que en ese momento veía venir.  

Con sus jeans rotos y sus converse que desajustaban con mi vestido color azul acuoso, Nataly caminaba algo desorientada y con su morral de esos atiborrados de miles de colores, de esas bolsas-morral hippies que tienes que ver por curiosidad a como dé lugar.
 
A pesar de los nervios que tenía desde la mañana que platique con ella, reí por su parecido al colibrí. Era de verdad muy muy gracioso. 

Pensé que lo primero que haría sería saludarme con un beso tronado en la mejilla y un abrazo apretujado como siempre lo hacía, pero esta vez todo fue muy diferente. 

-Hola Jimena – desde luego que el decir mi nombre completo significaba un asunto serio. 

-Hola Naty- yo logré volver a una seriedad crepuscular y meditativa.  

-¿La trajiste?- de sentón se acomodó en la silla que estaba enfrente de mí en una de las mesas de Edén y extendió su mano para que yo depositara algo en ella. 

-Primero dime ¿Qué pasa?- la pregunta no fue demasiado acentuada sino normal, seca. 

-Necesito saber que dice la carta Jimena, te lo diré todo, confía en mí. Solo necesito saber algunas cosas - los dedos de su mano que me veían se encogían y se estiraban dándome a entender que la carta era la puerta hacía lo que quizás Nataly llamaría La Verdad, pero La verdad ¿De qué? 

De mi bolso saqué un sobre color morado. No tenía remitente ni destinatario. De hecho el día que Nataly me dio la carta y supe que era de Armando, esperaba que esta tuviera algo nuevo, creativo, tal como alguna ocasión en la que él me regaló una rosa echa de las hojas de mí libro preferido “Romeo y Julieta”, pero esta ocasión solo era un sobre simple aunque la importancia estaba en las palabras, en sus letras y en todo lo que sentía de verdad su corazón. 

-Es por tú bien, por tu único bien Jimy- su voz se volvió algo compasiva y lenta, miré a los ojos a mi amiga y deposité la carta en sus manos. 

Conforme abría el sobre recordé aquella noche en la que había ocurrido todo. Esa noche en la que me di cuenta que tenía que estar con Armando y necesitaba de su abrazo. Mi amiga abrió la carta, de inmediato y vi que su mirada se fijó por un momento en el conejo que Armando había dibujado para mí y solo me limité a reír ante el suceso y supuse que Nataly lo haría también pero eso no pasó, a cambio solo forzó una mueca y comenzó a leer.  

Conforme avanzaba la lectura y el tiempo se deslizaba en nuestra mesa del café, mi estado de ánimo cambiaba, ¿la razón?, cada que Nataly leía algo en la carta que tuviera algún motivo bueno o que estuviera lleno de lo que yo creía era sinceridad, ella negaba frenéticamente con la cabeza y se ponía cada vez más seria y hasta yo pude notar que su mandíbula se tensaba, casi como si tuviera un hueso de durazno que no pudiera romper con los dientes. No sé si estaba roja, pero definitivamente algo estaba mal en ella. 

-…una luna- decía Nataly sin apartar la vista de la carta, trague saliva y tomé mi vaso de café- ¿Que pasó después Jimena? 

-¿Después de qué? 

-Después de que regresó. Después de que le dijiste lo que sentías aquel día en el Parque Hundido.

-Oye ¿Qué onda con tu interrogatorio? ¿Ya dime no?- me molesté, era algo muy personal y obviamente ya le había contado parte de lo que había pasado en el Parque Hundido, pero contarle la parte faltante, lo que es mío y…de él, creo que no- No lo haré Nataly ¡No lo voy a hacer! – negué con la cabeza y le pedí la carta tal como ella lo había hecho antes, le extendí la mano. 

-Jimena por favor escúchame- en lugar de recibir la carta recibí su mano- se cosas que tú aún no sabes de esto – con la mano desocupada levantó la carta y me la enseñó justo por arriba de su hombro- necesitas saber algo y necesitas ver la verdad, pero antes de todo eso que estoy dispuesta a contarte necesito saber todo eso. Necesito que me digas que pasó ese día y también lo que pensó tu corazón. Todo lo que te diré es por tu bien, por tu único bien.

Vaya, ¿Nataly me prometía una oferta donde yo sería ganadora? Mi corazón empezó a exhalar e inhalar demasiado a prisa y presentí un impulso de querer saber lo que ella ocultaba, algo me empujaba a decirle toda la verdad aunque sabía que mis sentimientos se empezarían a encontrar y crearían una bomba de tiempo en la que la razón empezaría a actuar sin impedimento. Ok, si quiero saber la verdad que siento, esta en los labios de Nataly, tengo que ser reciproca y comenzar con la verdad, tenía que empezar por el paso numero uno. 

-Ok. Cuando termine me dirás toda la verdad, absolutamente todo- comprometí a Nataly que me miraba segura de lo que estaba planeando.                                                                                  

 -Sin duda.

Paso número dos, recordar y volver a estar perdida en sus ojos. 

-La lluvia nos amotinó sin que Armando ni yo pensáramos hacerlo. Era casi como si todo el ambiente estuviera físicamente en nuestra contra pero nuestros corazones estuvieran mirándose de nuevo, frente a frente, y la lluvia fuera alguna especie de fuegos artificiales preparados para nuestro reencuentro. 

<<justo en medio del parque y cuando estaba empezando a explicarle todo, sentí que la mirada de Armando se perdía en mi mirada y que su voluntad parecía perdida en el espacio. Casi como si alguien estuviera manipulando su mente. A pesar de ello yo continué explicándole todo. Lo que habíamos vivido en el pasado desde la primera vez que bailamos, la primera cita, lo que me parecía que él pensaba respecto de mi y la verdad de lo que él siempre quiso saber que ocurría en mi interior. Lo de mi padre. La manera en la que no quería dejarlo ir y perderlo, la manera en la que no quería volver a ese pasado de donde él me había ayudado a salir casi sin darse cuenta. La noche en la que leí la carta, la noche en la que mi corazón supo la verdad de todo y en la que mi razón mostró la bandera de la paz para mantenerse aliada al corazón>> 

<<Poco a poco mi corazón encendía en un ardor incesable y ya no lo aguantaba, quería decírselo y quería volver a sonreír por su causa, por saber que él estaba ahí y que lo único que me restaba por hacer era abrazarlo y estar ahí por toda la vida. Después de ello y sin limitarme en hablar, le hice recordar aquellas las veces que salíamos como amigos y las veces en las que él me besaba sin que yo le diera una importancia a ello>> 

<<Sentí que por esas palabras Armando regresaba al Parque, ósea que volvía en razón. Me atreví a acercarme a él solo un poco para que notara mi cara entre las gotas de lluvia, también para que escuchara mi voz a pesar de los truenos y lo único que restaba por decirle era que lo amaba>> 

Silencio. Nataly estaba petrificada y yo solo contuve mi respiración un segundo. Después de 20 eternos segundos Nataly despertó de su ensueño.

-Así que…eso es lo que en verdad sientes. 

-…Nataly, tu sabes todo. Sabes que sí, que en realidad lo amo. 

-¿Que pasó después?- me preguntó Nataly y de inmediato supe a donde quería terminar con su pregunta. <<Prometí decirle la verdad a mi amiga y eso pienso hacer>> pensé aunque a pesar de todo ello, no podía dejar de sentir la supurante interrogante de lo que Nataly encerraba en su boca. 

-Jimena…te volvió a besar ¿cierto? 

-No – respondí con sinceridad- Yo lo besé. 

Nataly se acomodó erguida en la silla dejando la carta en medio de la mesa y tomando aire en lo que se tallaba la cara. Algo pasaba. Era tiempo de saber porque tanto teatro. 

-Ya no lo puedo soportar más Jimena- carraspeo- tienes que saber que Armando no está siendo sincero del todo contigo. Sí, yo sé que han salido en los últimos días, pero al menos no me gusta que no te cuente todo de él y de… 

-¿Necesito saber algo de Armando más importante que saber que aún me ama?- deje que mi boca se conectara a mi corazón 

-No lo sabes Jimena, no te engañes. No te lo ah dicho. 

-Pero lo siento aún en sus ojos aún lo veo en su mirada y en su forma de hablar- comenté cambiando el tono de voz, siendo agresiva y más directa- no puedes decirme que no me ama porque… 

-¡Ya!- Nataly intentaba interrumpirme pero no lo permití, mi defensa era buena- Jimena… 

-…porque estaría mintiéndole a mi corazón y él jamás lo ah hecho, jamás ah mentido y menos sintiendo lo mismo que siento yo.  No mientas tú, ¿Que es lo que te ocu… 

-¿Conoces a Shanai?....  

-¡¿Qué es lo que te ocurre Nataly?!- no quería limitarme, era hora de defender mi posición. 

-¡Jimena por favor escúchame!- gritaba haciéndome callar- ¿Conoces a Clara Shanai? 

-¡Por Dios Nataly! ¿Qué tiene que ver Shanai en todo esto?- la taza de café que estaba adormecida en la mesa estaba bailando debido a que estaba en medio del campo de batalla. 

Del puro nombre recordé a una chica de tez blanca, muy güera y de ojos color azul ambar. La misma chica que conocí algún día en la escuela de ingeniería en alguna de las fiestas a las que solíamos asistir. 

-Jimena solo quiero que me escuches- Decía Nataly pero no ayudaba en nada al verla ahora como una amiga queriendo superponer su idea. 

-¡No Nataly escúchame tú! Es que no entiendo como Shana…- Nataly me interrumpió 

-Arturo tiene un compromiso, una novia y…- contuvo la respiración, me miró a los ojos, la escuché con atención y mi corazón se detuvo-… se llama Clara.

Silencio 

-Jimena- decía Nataly- Tu corazón está en juego.
 
CONTINUARÁ...

Si te gustan los escritos, comenta!

Visita : https://www.facebook.com/cesar.rojaslucero?ref=tn_tnmn (Pagina Facebook del escritor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario